Ensalada de hierbajos con vinagre en las calles de A Coruña

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Hierbajos en las aceras de A Coruña
Hierbajos en las aceras de A Coruña PEDRO MACEIRA

¿Herbicidas químicas o ácido acético contra la maleza de aceras, cunetas y rotondas? El debate está servido

24 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Nace sesgado el debate sobre si es preferible usar vinagre o herbicidas de síntesis química para erradicar las malas hierbas de las calles de nuestra ciudad. Nace sesgado porque responde al intento de contraponer un producto supuestamente natural a otro artificial, cuando no es exactamente así.

El vinagre que se utiliza desde hace unos años en Coruña para intentar acabar con la maleza que se filtra por los intersticios del cemento no es realmente vinagre, sino una solución de ácido acético. Este se obtiene por fermentación bacteriana (natural) cuando se destina a uso alimentario; fundamentalmente para elaborar vinagre, en el que el ácido está presente en una concentración del 5 %. Sin embargo, el acético que se emplea para herbicidas no se obtiene por fermentación bacteriana, sino por síntesis química en la práctica totalidad de los casos, de manera que es exactamente igual de artificial que otros herbicidas. Ni más ni menos. Lo del vinagre suena muy ecológico, pero la realidad es diferente.

Y si el glifosato -ya ha dicho el gobierno local que no lo va a emplear pese a estar autorizado en España- se encuentra en el punto de mira de la OMS y de países como Francia por ser «probablemente cancerígeno», el empleo del acético tampoco es precisamente neutro. La concentración de ácido en los herbicidas pasa a ser del 20 %, y eso implica riesgo de quemaduras en la piel, daño irreversible en ojos y mucosas e incluso problemas respiratorios. Por otra parte, nada es inocuo para el medio ambiente. Cualquier herbicida letal para las plantas dejará huella. Incluso el ácido acético, que cambia el pH del terreno y afecta a la microfauna de las zonas fumigadas como cualquier químico.

Entonces, el trasfondo de este debate es otro: ¿Qué ciudad queremos tener? ¿Queremos una Coruña libre de estas sustancias, asumiendo que eso supone la proliferación de la maleza? Vale, pues en ese caso, casi es mejor no echar nada y disfrutar de la ensalada de hierbas de la acera, con o sin vinagre. Plantemos además lechugas en las rotondas y unas cebollas en las cunetas, que son buenas para la circulación. Y todos contentos con nuestra flora urbana.

Pero si lo que queremos es una Coruña aseada y sin esos hierbajos que afean los barrios y sorprenden a los turistas cuando bajan del crucero y se encuentran en el Parrote la selva del Amazonas, entonces habrá que cambiar de producto y buscar algo eficaz. El acético lleva una legislatura completa pugnando sin éxito por acabar con nuestra desaliñada maleza, pues mata las plantas por contacto, pero muchas veces las raíces permanecen indemnes. El resultado salta a la vista.