Los acuerdos con Marea y BNG escenifican la mayoría de izquierdas y destensan María Pita
06 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La alcaldesa, Inés Rey, y la portavoz de la Marea Atlántica, María García, firmaron ayer un acuerdo para que sus partidos sumen esfuerzos en determinados asuntos claves para la ciudad. El pacto, similar al firmado por los socialistas con el BNG, es el primero rubricado por PSOE y Marea que va más allá de un tema puntual. Estará vigente hasta que finalice el año que viene, e incluye el compromiso de mantener e impulsar proyectos del mandato anterior, como la renta social o los presupuestos participativos, lanzar el área metropolitana, formar una comisión especial sobre el futuro de la fachada marítima o terminar obras como el derribo del viaducto de la ronda de Nelle o el polideportivo del Castrillón.
Ambos partidos han llegado a un acuerdo sobre el contenido del pleno de organización, que se celebrará el próximo lunes, y, entre otros asuntos incluye mejoras salariales para la corporación y una ampliación del personal de confianza. El documento prevé que se mantenga la presencia de la oposición en las juntas de gobierno y la presidencia de parte de las comisiones municipales.
Rey y García se agradecieron mutuamente la colaboración en las negociaciones y señalaron que el acuerdo es el primer paso de una senda de colaboración entre ambas formaciones.
¿Supone el acuerdo un gobierno de coalición?
No, a través del pacto ambas formaciones se obligan a mantener una línea política armónica en determinados asuntos para la ciudad, y acuerdan parte de los asuntos que se debatirán el lunes en el pleno de organización. Pero al igual que ocurrió con el BNG, no hay gobierno de coalición. El ejecutivo seguirá estando formado solo por los nueve ediles del PSOE. Rey y García señalaron que «non se daban as condicións» para un gobierno de coalición, pero no descartaron que puedan darse en el futuro.
¿Qué suponen los pactos para el Partido Socialista?
Los pactos firmados con la Marea y el BNG deben traducirse en un arranque de gobierno más tranquilo que hace cuatro años. El PSOE ha insistido en que el diálogo será uno de los pilares de su gestión. Este debe ser el mandato de la «amabilidad» y debe dejar «un legado de entendimiento», señaló la alcaldesa, Inés Rey, en su discurso de investidura. Los acuerdos escenifican ese cambio.
El acuerdo con los nacionalistas no garantiza al PSOE mayoría absoluta en el pleno, pero su respaldo sí es suficiente para que el gobierno supere en votos a la suma de PP y Ciudadanos, con los que el PSOE también ha dialogado estos días pese a que las diferencias ideológicas son mayores.
El pacto con la Marea sí suma mayoría absoluta, pero es evidente que su gestación ha sido más compleja, y su limitación en el tiempo y a asuntos muy concretos indica que será preciso reforzarlo para que tenga continuidad en la segunda mitad del mandato.
A corto plazo, el acuerdo debe garantizar que el pleno de organización del lunes se desarrolla sin sobresaltos, lo que supondrá un importante contraste con respecto al mandato anterior. Entonces hicieron falta 40 días y una derrota plenaria para que la Marea se sentase a negociar después de intentar imponer una propuesta.
¿En qué beneficia el acuerdo al BNG?
El pacto del Bloque con el Partido Socialista marcó el inicio del mandato. Aunque menos ambicioso -no se llegó a la coalición-, fue el primer acuerdo entre dos formaciones políticas municipales desde el 2007. El BNG también logró situar parte de sus propuestas, como la creación de una bolsa de vivienda de alquiler, en el centro de la acción del gobierno local; y obligó a la Marea a moverse, ante el riesgo de quedarse descolgada del «bloque de izquierdas» en el pleno.
¿En qué beneficia el pacto a la Marea Atlántica?
Además de evitar su descuelgue del bloque de izquierdas, el acuerdo con los socialistas permite a la Marea dar continuidad a algunas de las propuestas que puso en marcha durante su etapa al frente del gobierno local. También matiza su imagen como un partido político incapaz de llegar a acuerdos con otras fuerzas, una imagen que se forjó manteniendo enfrentamientos continuos con todos las demás formaciones durante el mandato previo en el que ejerció la alcaldía.
¿En qué benefician a la corporación y a la urbe?
Los pactos deben facilitar la gobernabilidad de A Coruña, al menos durante los dos primeros años del mandato. Aunque su efectividad se pondrá a prueba cuando lleguen a la mesa de negociación los primeros presupuestos y las modificaciones de los que ahora están prorrogados.
Los pactos, y las negociaciones con PP y Ciudadanos, supondrán también una mejora salarial para todos los grupos, que verán equiparados sus sueldos a los de ayuntamientos similares como Vigo. El debate sobre el sueldo de los políticos abierto hace cinco años, y marcado por la «demagogia» según distintos dirigentes, supuso una fuerte bajada sueldos en el anterior mandato. Como resultado, el alcalde de A Coruña y su gobierno se quedaron con salarios inferiores al de numerosos funcionarios de María Pita o al de regidores de municipios mucho más pequeños, como Xove o Forcarei. Esa decisión desencadenó, según reconoció el propio alcalde, dificultades para fichar personal cualificado.
¿Quién sale reforzado?
Los pactos coinciden con la llegada de nuevos ediles, como pueden ser Francisco Jorquera en el BNG, o la propia Inés Rey y José Manuel Lage Tuñas, que como portavoz lideró la negociación por el PSOE. Esas formaciones ya planteaban en el anterior mandato la necesidad de pactos. El cambio está en la Marea, en la que hay movimientos tras la marcha de Xulio Ferreiro que han restado peso a su antiguo núcleo duro, con quienes nunca se cerraron acuerdos de alcance. Así, en la negociación ha resultado clave Alberto Lema, un edil que tenía fama de dialogante en la etapa de gobierno, pero que a mitad del anterior mandato figuraba entre los posibles excluidos de la siguiente lista de la Marea.