El alumbrado público se gira hacia las casas por motivos de seguridad. Un vecino ha llevado el caso al Defensor del Pueblo
12 mar 2019 . Actualizado a las 17:56 h.Es posible que el Defensor del Pueblo haya mirado en Google recientemente por dónde cae el Ayuntamiento de Irixoa. De este pequeño municipio coruñés de 1.400 habitantes le ha llegado una curiosa queja por la colocación de un par de farolas. Un vecino denuncia la escasa iluminación en un tramo de carretera. Farolas, haberlas haylas. Pero el caso es que la gran mayoría están giradas hacia las fincas y viviendas particulares (e incluso en muchos casos, plantadas dentro de la propiedad), dejando a oscuras el espacio por el que circulan los coches.
Tirando del hilo de unas farolas concretas (las de la carretera provincial DP-0905), el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha descubierto que el caso en sí no es una excepción a la forma de proceder de este Ayuntamiento rural próximo a Betanzos. En el escrito de réplica, los funcionarios municipales explican al Defensor que en Irixoa se ilumina hacia donde está la gente: «El criterio que se viene aplicando para la colocación de nuevos puntos de luz, habida cuenta de las enormes limitaciones presupuestarias que tiene, es el de dar preferencia a las zonas y lugares donde hay población residente». Pero no explica por qué las gira. Por eso los conductores no habituales por estas carreteras se sorprenden al ver cómo la gran mayoría de las farolas, les dan la espalda.
«Así se ven facendo desde os anos oitenta», explica el concejal Manel Freire. Los vecinos pioneros comenzaron girando las farolas hacia sus casas -aquí la dispersión poblacional es muy pronunciada-, por razones de seguridad.
Y a partir de ahí, de forma consuetudinaria, cada nueva casa dispone de un punto de luz público. «E a cada granxa en activo tamén se lle pon un punto», dice señalando una de estas instalaciones de ganado vacuno en la parroquia de Coruxou, cuyo propietario, José Antonio, no entiende las quejas por los giros de las farolas. «O normal é que alumeen á xente, non aos camiños que sempre están baleiros». Ante la granja está su casa, con otra farola enfocada hacia la fachada.
-E non molesta á hora de durmir?
-Non ho, e incluso hai persianas que nunca baixo.
El Defensor del Pueblo también se ha puesto en contacto con la Diputación de A Coruña, titular de la vía concreta sobre la que se denuncia la falta de iluminación, pero según señala Fernández Marugán en su escrito al denunciante, no se ha dado por aludida hasta en dos ocasiones. No obstante, la institución provincial acaba de remitir la contestación al Defensor, con fecha del 7 de septiembre, y en ella señala que las luces son asunto municipal. «Respecto a la ausencia de iluminación o iluminación no adecuada, dicha competencia es del Ayuntamiento correspondiente, siendo este el titular de tales instalaciones», reza la respuesta a la que ha tenido acceso este periódico.
El denunciante que pidió los servicios del Defensor del Pueblo, relata en un prolijo escrito de cinco páginas, que ante su vivienda, donde falta iluminación y los postes están girados hacia el interior, «se han dado situaciones de peligro en el tráfico que se deberían corregir de forma urgente». Continuando por la vía provincial se observa que, una vez rebasada la frontera al municipio colindante, Paderne, las farolas se giran hacia los vehículos.
El curioso caso de un vecino
Manel Freire, el edil, indica que los vecinos están conformes con esta forma de proceder, y así lo seguirán haciendo. «Salvo que nos leven aos tribunais e nos digan que o fagamos doutro xeito». Él mismo recuerda el caso de un hombre que, muy contento con su farola ante su casa, les pidió a los pocos días que la retiraran. «Antes de deitarse tiña o costume de saír diante da casa a botar unha mexada, e claro, coa farola todo os que pasaban por diante o vían».