Los operarios de limpieza retiraron de las playas 61 toneladas de basura, la mitad que el año pasado, y los sanitarios atendieron a 242 personas por heridas leves como quemaduras o pequeños cortes
26 jun 2018 . Actualizado a las 12:26 h.A las seis de la mañana, los operarios de Ferroser interrumpieron sueños, besos, lingotazos y hogueras, pero nadie protestó por ello. El desalojo de las playas se desarrolló sin contratiempos.
Aunque quedaron como si por ellas hubiese pasado Atila, no se recuerda el año en que menos basura hubo que retirar. Ni que menos lesionados de importancia hubo que sanar. Hubo «mucho sentidiño», titulaba contento el jefe de Seguridad Ciudadana, Carlos Touriñán, que añadió que «la gente nunca fue tan limpia ni tuvo tan buena cabeza o sentidiño como este año».
Excepciones hubo. Pero muy pocas. Y atenciones médicas también. En el hospital de campaña que el Ayuntamiento dispuso frente a la coraza se trataron a 242 personas. Casi todas las intervenciones fueron por cortes, pequeñas quemaduras y algún que otro coma etílico. De todos los lesionados, solo hubo que trasladar al Chuac a 18 personas, que fueron dados de alta a las pocas horas, según cuenta el servicio de prensa del hospital público. «Fue una noche de San Xoán mucho más tranquila que las anteriores», según informaron.
El mayor susto lo dio un joven que disfrutaba del San Xoán entre el Millenium y la cetárea de San Roque. Cayó por las rocas y los bomberos tuvieron que acudir a socorrerlo. Fue evacuado con heridas leves.
María García, concejala de Medio Ambiente, se mostró muy contenta por la reducción de basura respecto a años anteriores, por la implicación de la gente y porque en playas como las de las Lapas, Matadero o San Amaro hubo «residuos cero». Y eso, siendo el año con mayor número de personas. 120.000 en las playas y 50.000 en barrios.