«Miriam enchía o colexio coa voz»

Álvaro Alonso Filgueira
ÁLVARO ALONSO PONTEDEUME / LA VOZ

A CORUÑA

JOSE PARDO

Durante los 13 años que pasó en Atocha, la eumesa dejó huella por su talento y su esfuerzo

24 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el año 2002, a estas alturas, la primera edición de Operación triunfo inundaba todas las conversaciones. También las del colegio Atocha de Pontedeume, donde los alumnos se caracterizaron como los concursantes para el festival de fin de curso. Y el papel de Rosa recayó en la más pequeña de las participantes, de solo 5 años. Algunos hicieron playback, pero Miriam Rodríguez entonó el Europe’s living a celebration de Eurovisión en riguroso directo. «Para nós xa gañou ese OT. Deixou claro o que lle gustaba, o que quería e que ía loitar por iso», rememora Carmen Rodríguez, directora del CPR San José y entonces tutora en infantil de la eumesa, finalista de la actual edición del reality.

Miriam dejó el colegio hace algo más de cinco años, pero su huella es imborrable. Así lo corroboran Carmen y otras cuatro de las que fueron sus profesoras, reunidas por La Voz en un aula del centro para la ocasión. «Cuando estaba en secundaria, después de una representación le dije a una compañera: ‘No sé cómo esta niña no se presenta a Operación triunfo’, ¡porque es que tiene una voz...!”», expresa Josefina Souto, profesora de Inglés, que define a su exalumna como «muy buena, muy responsable y muy trabajadora». Muy de todo, porque para ella «lo hace todo bien». «Es mi ganadora», recalca. También lo es para su maestra de Lingua Galega y Francés, además de tutora, en 4.º de ESO, Manoli Sardiña, quien se considera «unha fan». «Academicamente non había nada que pedirlle porque sempre suplía todo polas ganas que tiña por facer algo relacionado coa música e a interpretación», resalta.

Anécdotas

Las anécdotas de las que fue protagonista son interminables, como aquella vez que antes de una actuación de fin de curso llamó a Lucía Penas, la que luego sería su tutora en 3.º de ESO, para que le afinase una cuerda. «El perfeccionismo y el querer tener todo controlado en el escenario la caracterizan», dice Lucía, que recuerda cuando Miriam cogió su primera guitarra «y ella y su instrumento se convirtieron en inseparables». En otra ocasión, la eumesa defendió el papel de Olivia Newton-John en una interpretación de Grease.

Las cinco profesoras concuerdan, asimismo, en que su voz bastaba para que cualquier celebración fuese especial. «Cando ela subía ao escenario non facía falta nin que a acompañasen. Aquí hai moitas nenas que son boas artistas, pero ela era a única que se poñía alí diante e enchía todo o colexio coa súa voz», asegura Carmen. De la misma manera, Manoli Sardiña rememora cómo se pasó horas ensayando el tema Ninfa das frescas augas, de Roi Casal, para el 17 de mayo.

«Non facía falta calar á xente»

«O esforzo é o seu fío condutor para conseguir todo o que quere», valora Manoli. Por su parte, una de sus profesoras de Educación Física en primaria, Mari Carmen Ares, añade que «era moi traballadora e entusiasta en todo o que facía de exercicio físico», mientras que cuando cantaba «non facía falta calar á xente».

Todos estos motivos han provocado que los martes sean los nuevos lunes en el colegio. «A súa actuación na gala é tema de conversación os primeiros minutos de clase. Sempre salta algún dicindo: “Manoli, viches á nosa Miriam en OT?”», asegura la profesora, y la directora corrobora que tanto los pequeños como ellas amanecen con ojeras. Por ello, no perdieron la oportunidad de enviarle un vídeo de ánimo, con fotos suyas en el colegio, en el que los pequeños entonan Camina -el himno de la edición- y gritan desde el patio «¡Ánimo, Miriam!». La eumesa lo vio emocionada en el chat.

«Esperamos que unha migalla tiveramos que ver nos valores que ten», traslada Carmen. Además, Lucía subraya el hecho de que tenga una familia detrás que «la supo orientar muy bien, ponerle los pies en la tierra» y que le dio sobretodo «un respaldo muy fuerte». Ahora a Miriam le queda por delante defender dos temas para opositar a nada menos que el concurso de Eurovisión -Lejos de tu piel, en solitario, y Magia, con Agoney- y, el 5 de febrero, la gran final, con la que todo Pontedeume se está volcando. Las profesoras bromean con que están «desexando que remate para poder durmir un pouco», pero seguirán al pie del cañón hasta que la vean ganadora. Su colegio ya la ve triunfar.