Otras maneras de entenderse

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

El Servicio de Neurofisiología del Chuac instala en el Materno pictogramas para comunicarse con los pacientes del espectro autista que acuden a hacerse pruebas

12 abr 2019 . Actualizado a las 20:33 h.

En la sala de espera de neurofisiología, donde se hacen los elecroencefalogramas en el Materno, las paredes no están desnudas. Desde hace unos días, unos sencillos dibujos relatan qué es lo que va a suceder dentro de esa consulta en la que se dedican a leer el cerebro: paseando la vista se ve que una enfermera te va a poner un gorro con pegatinas, que hay que cerrar los ojos, y que al final habrá premio antes de regresar a casa.

Ese mural de pictogramas es solo el primer paso de un proyecto que, en definitiva, solo busca el no siempre fácil objetivo de entenderse. «Nos pasa a todos cuando vamos a hacernos una prueba, que tenemos cierta intranquilidad; imagínate ellos, que los plantan en un lugar que nadie los entiende, que no pueden explicar que tienen dolor...», comentaba María José Álvarez Folgar, presidenta de la Federación Autismo Galicia, que ayer hablaba como madre para subrayar la importancia de que personas como su hijo puedan entrar más tranquilos a realizarse un electroencefalograma porque pueden entender qué es lo que se les va a hacer. «He sufrido de primera mano la humanidad, la falta o la sobra, porque a veces no es que no haya disposición, sino que no es la adecuada», comentaba ante los pictogramas recién estrenados como vehículo de comunicación con las personas que sufren trastornos del espectro autista o cualquiera que dificulta la comprensión del lenguaje. El dibujo «es el idioma que ellos hablan, porque entienden el lenguaje de forma distinta», subrayaba antes de reiterar agradecimientos por la iniciativa que, prometió el gerente del Chuac, Luis Verde, «nace con vocación de extenderse, no solo al resto del hospital, sino también a los centros de salud de atención primaria».

«No teníamos un idioma común», explicó Catia Martínez Barjas, jefa del servicio de neurofisiología del Chuac, sin ocultar la inquietud que les causaba no ser capaces de trasladar a los pacientes que «no tenían que asustarse, que se les iba a poner un gorrito en la cabeza, que íbamos a utilizar una jeringuilla pero sin punta, porque solo es para extender un gel en el cuero cabelludo». Y es que la realización de una prueba bastante habitual necesita que el paciente esté relajado, de ahí el interés del equipo por «humanizar la atención». En este objetivo se incluyen, además, otras iniciativas. Como buscar entornos amables para realizar los electros, formar a los profesionales en nuevos sistemas de comunicación, entregar a las familias días antes de la prueba la secuencia gráfica de anticipación del procedimiento para que los pacientes lleguen a la consulta tranquilos, o fijar las citas en horarios libres de ruidos o cualquier otro elemento de estrés. «Lo que queremos es acercarnos a nuestros pacientes», resumía la doctora, quien prepara ya nuevas propuestas en la misma línea de entendimiento. Entre ellas, una evaluación del sistema de pictogramas o la instalación de un buzón de sugerencias para las familias.