Diagnóstico para lograr el éxito

M. cARNEIRO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Un plan de la Cámara evalúa desde la zona donde está la tienda hasta el escaparate o el uso de las redes sociales

05 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un escaparate despampanante con un surtido de artículos tentadores, primorosamente colocados, pero sin precio, puede desanimar a un comprador tanto como ese mismo escaparate con una tarjeta con precios exorbitados. Nadie con experiencia en el sector del comercio lo ignora. De los que en los últimos años han subido una persiana metálica escapando del paro, sin formación ni ayuda profesional, la mayoría ni lo sospechaba. A ellos, pero también a clásicos con necesidad o ganas de darle una vuelta al negocio, se dirige un plan de apoyo a la competitividad del pequeño comercio que llevan adelante técnicos de la Cámara desde hace tres años. Acaban de abrir la convocatoria del 2016. Las tiendas participantes se someterán a un estudio minucioso del que saldrán sus fortalezas, sus debilidades, los rasgos a explotar y los corregibles.

«Los gastos fijos, que son locos, el escaparate, los precios, las redes sociales, las ofertas... Evalúan todo, vienen a la tienda, hacen un análisis global y después te envían el diagnóstico con tus carencias y tus puntos fuertes, y sus orientaciones para mejorar la gestión. A mí me ayudaron mucho y la experiencia fue muy buena», apunta María Pais, una trabajadora del ámbito de los Recursos Humanos que hace dos años decidió reinventarse y con parte de la indemnización que recibió al dejar la empresa en la que trabajaba abrió una tienda de moda infantil para la que se preparó a base de cursos, planes de innovación y asesoramiento de instituciones. «Yo conocía y confiaba plenamente en el producto, porque es la ropa que compraba para mi hija, y aun así miré muchísimo la inversión, el plan de negocio, la tienda... todo. Nunca imaginé que levantar la persiana cada mañana costara tanto dinero».

Ventajas de ser pequeños

Competir con el imperio textil y las grandes superficies proporciona ventajas inesperadas. «La relación con las clientas es mucho más personal, las atiendes de otro modo, el boca oreja aquí funciona más que ninguna otra publicidad y si te gusta el contacto con la gente resulta muy satisfactorio. Que un niño te reconozca por la calle, por ejemplo», sugiere María.

Su tienda comparte calle, sector e inspiración (sus hijas) con la de Paula Núñez Formoso, una profesional del márketing que emprendió un proyecto también en el sector de la moda, en su caso desde la compra en Portugal del algodón -«es el mejor», proclama- hasta el diseño, confección, distribución y venta de tres o cuatro colecciones por temporada, muy limitadas, apenas diez prendas, de niña, adolescente y mujer. Hace un año dio el salto de la venta por Internet o a través de puntos externos a la apertura de una tienda propia. Fue el momento decisivo. «Mi año 1 empezó entonces», valora. Ocupada en las premuras del día a día, «el stock, el taller, los tejidos... pierdes la visión global de las cosas y fue ahí, sobre todo, donde me sirvieron de ayuda los técnicos, recordándome esa necesidad de conservar una perspectiva general, de hacer balance, una buena segmentación, o la contabilidad cada dos meses, aunque tengas a alguien que se ocupe de ello».

Un análisis global permite identificar los puntos débiles y fuertes del negocio

Cerca de un centenar de autónomos o pequeños empresarios han participado en los últimos tres años en el programa de diagnóstico de innovación comercial alentado por la Cámara de Comercio con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y el Ministerio de Economía. Las ayudas, valoradas en 1.200 euros, se centran en la identificación de los puntos fuertes y débiles del negocio a partir del análisis del entorno, la imagen externa, la comunicación, la gestión de la tienda o el márketing, entre otros.