Nely López-Cardalda: «Yo no puedo ir de chándal por Juan Flórez»

Por Pablo Portabales

A CORUÑA

Eduardo Pérez

La empresaria coruñesa asegura que controla todos los procesos en sus negocios: «Hasta paso la fregona»

16 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Al principio parece tímida, pero enseguida se muestra como es, extrovertida. Da sensación de apocada, pero tiene mucho carácter. Delgadita, te imaginas que es de las que solo come verdura y nunca se permite un capricho, pero no. «Me encanta conocer restaurantes. Como dice mi padre, vivo para comer, no como para vivir, lo que pasa es que mi metabolismo es así, viene de familia, y además no paro en todo el día», comenta mientras me recomienda unas mermeladas y una cecina que venden en La Mejorana, el local cercano a sus negocios en el que charlamos. Tiene 45 años y dos hijos, Álvaro, de 15, y Sara, de 11. «La educación se hace en casa y creo que los niños tienen que tener unas rutinas. Mi marido es más permisivo, pero yo les insisto, por ejemplo, para que recojan los platos. Yo no lo hago», asegura Nélida López-Cardalda Fernández. «Nadie me llama Nélida, para todo el mundo soy Nely o Nelybelula, que es como se llama la tienda. Viene de la unión de mi nombre y la libélula, que es un insecto elegante y bonito», relata esta coruñesa que estudió en las Esclavas y se marchó a hacer COU y Derecho a Madrid.

Ni amarillo ni naranja

Me cuenta que estudió esta carrera porque «no tenía ninguna vocación y esta me daba una cultura general y diferentes salidas». Perfeccionó el Derecho Internacional en la universidad californiana de Berkeley y, de regreso, comenzó a trabajar en el grupo Losan. «Fueron años agotadores, de mucho estrés y viajes. No veía la luz de la calle». Decidió cambiar de vida y, como diseñaba bisutería y era extrovertida, decidió montar una tienda de poco más de diez metros cuadrados en Marcial del Adalid. Ahora la mantiene con una socia bajo el nombre de Temporaire Store, abre otra esa semana con otra socia en Pintor Joaquín Vaamonde, y sigue al frente de la de Juan Flórez. «Hasta paso la fregona en mis negocios. Controlo todo porque hay que atenderlos y mi clientela busca un trato personalizado», comenta Nely, que apuesta por el concept store y tiene claro lo que pone a la venta. «No vendo nada ni amarillo ni naranja. Lo mío son los colores neutros, sutiles... Mis clientes son de clase media y tengo muchas amigas que no me compran», afirma. No se considera una fashion victim. «No. Jamás. Creo que no voy muy arreglada. Yo no puedo ir de chándal por Juan Flórez, pero soy natural y, aunque soy presumida, no me maquillo habitualmente».

 En el bolso lleva un manojo de llaves, un Iphone 6 Plus, y un neceser con la imagen de una libélula. De él saca un paquete de LM Light. «Soy muy escrupulosa, maniática de la limpieza, de los olores y nadie de mi entorno entiende por qué no dejo de fumar». También lleva una crema de manos, otra de protección solar total y un bálsamo labial.

Política de pareja

Ansiosa, perfeccionista y «poco amiga de los cotilleos» recuerda cuando su marido, José Manuel (Pepe) García le llamó para contarle que Mar Barcón le proponía ir en las listas socialistas. «Me dio un ataque de risa. Le dije que nunca me iba a implicar y, de hecho, mis hijos sí, pero yo no fui ni a la investidura. Apoyo en todo a Pepe, aunque la política es una parcela suya», aclara. Dice que ahora es más diurna que antes, cuando era fan de Los Ramones. «También tuve mi época mod con Los Flechazos. Ahora me quedo con Coldplay y su Amazing day». Está en diez grupos de WhatsApp, uno de ellos de Las amigas invisibles. «No nos vemos nunca, por eso lo creamos».

Su prenda fetiche es un abrigo de Marni. «Este otoño se lleva el color ocre y el glitter, prendas con algo dorado o plateado», informa esta mujer que al principio parece seria pero «con dos claritas de cerveza ya estoy alegre».