Iwo Jima revive en el monte San Pedro

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La batalla de la isla japonesa y la del desembarco de Normandía reunieron a decenas de figurantes

08 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Imagínense a miles de barcos al fondo con casi 600.000 hombres para tomar Normandía». Esto sugería ayer Manuel Arenas a las numerosas personas reunidas en el entorno de los cañones del monte de San Pedro. Con una visibilidad espectacular, no era difícil perder la vista en el azul océano por el que en realidad solo navegaba un velero. Pero se trataba de revivir hechos históricos, dentro de las actividades de Ariete 2016, y decenas de figurantes lo hacían posible.

Las primera de las actividades consistió en convertir el monte San Pedro en la isla japonesa de Iwo Jima, escenario de la considerada como las más dura batalla de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de revivir la icónica imagen de los soldados americanos levantando su bandera. La recreación comenzó con los japoneses, bajo su enseña, defendiendo uno de los montículos de Pedro que emulaba al monte Suribachi, donde tuvieron lugar los hechos reales. Ayer, tras los disparos, los de pólvora y los de decenas de teléfonos de los espectadores, los soldados americanos los derrotaron y, sobre la narración de los hechos que iba haciendo Manuel Arenas, levantaron la bandera de las barras y estrellas.

«Me puede hacer una foto con él», pedía una de las asistentes. Se trataba del gaiteiro escocés encargado del toque de oración en memoria del único gallego que murió en el desembarco de Normandía aquel 6 de junio de 1944. Manuel Otero formaba parte del ejército americano y su figura fue recordada por uno de los militares que participó en el homenaje.

«¡Venga! Vamos a pegar unos tiros», decía uno de los figurantes. Y es que lo más espectacular estaba por llegar: la recreación del desembarco de Normandía con la presencia de varios vehículos de época, desde una moto con sidecar a un Mercedes en el que viajaba el general Rommel, pasando por un antiaéreo que ha sido restaurado en el último año. El soldado que vigilaba desde lo alto de uno de los cañones del monte San Pedro tenía la mejor perspectiva del combate que comenzó después de que el numeroso público asistente pudiera ver los mencionados vehículos e incluso Rommel saludara a los más cercanos.

«¡Qué pasada!», decía asombrado un cabeza de familia que se acercaba por primera vez, con sus críos, a la representación. Y otros que ya la habían visto aprovechaban para curiosear los vehículos históricos, lógicamente apartados del combate. En medio de una cierta humareda ganaron los que tenían que ganar si bien las enfermeras, que también las había vestidas de época, tuvieron poco trabajo.

Las actividades de la intensa jornada de ayer continuaron por la tarde en la Maestranza e incluyeron desde una demostración táctico policial de rescate de rehenes durante el asalto a un banco hasta la recreación de la batalla de Aquisgrán 1944, el asalto aliado a Alemania. Con estas representaciones concluyó esta edición, la décima, de este Ariete 2016.