La librería más antigua de A Coruña anuncia su cierre

A CORUÑA

paco rodríguez

La crisis y los dispositivos electrónicos están detrás de la decisión de Mercedes Molist, al frente de un negocio que fundó su abuelo en los años cuarenta

07 jun 2016 . Actualizado a las 15:52 h.

«No hay vuelta atrás», sentencia Mercedes Molist. El 31 de agosto, el negocio que fundó su abuelo Luis Molist en los cuarenta y que continuó su padre Enrique, dirá adiós para siempre. «Cumplo años en agosto y, al menos, lo celebraré como librera», apunta con pena. No es un cierre más, es el de la librería más antigua de la ciudad. De un establecimiento legendario. La Poesía, Colón... Y ahora Molist. «No me desperté un día y lo decidí de repente. No, lo vengo pensando desde hace tiempo. La gente no lee y cada vez se extiende más el uso del libro electrónico. Y la crisis. Es una conjunción de factores», reflexiona Mercedes. Le duele la cabeza porque lleva llorando desde que el viernes empezó a comunicarlo a clientes y proveedores. «Todo el mundo me decía aguanta, aguanta, que esto remonta, pero si me quedo aquí me entierran con los libros y prefiero que me entierren en casa», asegura. Ya se lo dijo a su madre, Mercedes Muñoz Sola, que también estuvo tiempo al frente del negocio. «Me miró con cara de susto, pero me dio la razón. Lo siento por mi padre, pero no era nada tonto y estoy segura que se da cuenta de la situación», comenta sobre su progenitor fallecido hace casi cuatro años. Carlos Fernández Santander en su libro, Historia de las Librerías Coruñesas, (1936-1966) asegura que empezó a funcionar solo como librería en 1948. Estuvo en el Cantón y después en Juana de Vega, hasta que en el 2000 abrió en la ubicación actual, en la avenida de Buenos Aires. «Liquidamos todo. Vamos a vender hasta los muebles, como hicimos en Juana de Vega, que hasta hubo gente que se llevó el mostrador y las estanterías. Animo a los lectores de toda la vida a que se lleven un último recuerdo de Molist», comenta Mercedes, que todavía no sabe qué hará después. «No me importaría trabajar en una librería, pero abrir una yo seguro que no», afirma. Con este cierre, la más antigua de la ciudad pasará a ser Arenas, «también de la misma época que Molist», apunta Manuel Arenas.

El gallego de Omaha

Precisamente Arenas es la encargada de la publicación Manuel Otero Martínez. Un gallego en Omaha beach, del que es autor Antonio Osende Barallobre. La presentación del trabajo que recuerda al único gallego que estuvo presente en aquél desembarco en la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar en el Museo Militar. Genma Martínez, sobrina de Otero, acudió a la cita con la historia.

Amigos de La Ciudad

Los Amigos de la Ciudad y los de la Peña El Parrote celebran dos grandes encuentros al año. «Uno al mediodía, al que viene más gente, sobre todo la mayor, y otro nocturno para no perder la tradición de ir a orinar al lado de los cañones de San Carlos», destaca su presidente Juan Ignacio Borrego. Este fin de semana se celebró la edición número 41 de esta reunión que, me confirman, terminó con la célebre micción aunque «ya se orina menos que antes», apunta. Los actos comenzaron con una misa en la iglesia de Santiago y una cena en el pañol del Náutico. El primer sábado de octubre volverán a reunirse. «La de otoño es la fiesta grande», destaca Borrego.