Colecta para la estatua de «Ney»

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Los vecinos costearán el monumento al famoso perro de la coruñesa plaza de Lugo

20 ene 2014 . Actualizado a las 13:57 h.

Ney es un perro tan especial que sus vecinos quieren que una estatua lo honre cuando no esté correteando por la plaza de Lugo. Ya hubo intentos anteriores que se quedaron en nada. Ahora, sin embargo, todo apunta a que este será el definitivo. El Ayuntamiento ya ha dado permiso para su instalación (en la calle peatonal de la plaza, entre la Fnac y la entrada al párking) y el escultor Miguel Couto (A Coruña, 1971) ya tiene modelada la figura en barro.

El siguiente paso consiste en la constitución de una asociación sin ánimo de lucro por parte de las tres vecinas impulsoras de la iniciativa. Ocurrirá en los próximos días. Tras ello, se abrirá una cuenta corriente para quien desee contribuir al monumento de manera voluntaria. Si se logra recaudar el dinero necesario (alrededor de 12.000 euros), el artista se pondrá manos a la obra en su taller de Arteixo.

La idea que maneja el Ayuntamiento es instalarla en la próxima primavera. Será una pieza en bronce de 90 centímetros de alto («un poco más grande que la escala real», precisa el escultor) que se levantará unos pocos centímetros por encima del suelo. Se pretende que el monumento se integre en el paisaje urbano de la plaza de Lugo y recuerde precisamente a cómo se ve al Ney real en la actualidad. El trabajo durará unos dos meses.

«Hay una gran ilusión»

El encargado de dar forma a la estatua hizo un estudio fotográfico del animal, quedando también preso de su magnetismo. «Hay una gran ilusión en este tema y me parece muy bonito cómo lo están llevando», comenta Couto, que califica a Ney como «un amor». Dice que aunque él no es un gran amante de los animales vio como el perro «se deja querer en nada, porque tiene algo muy especial».

Las palabras del artista no hacen más que sumarse a la extensa lista de personas encariñadas de Ney. Diariamente acuden decenas de niños a la plaza de Lugo a jugar. Con su carácter dócil y bonachón, aguanta lo que le echen encima. Literalmente. Se pueden ver a tres y cuatro pequeños a lomos de él, sin que el perro muestre el más mínimo enfado.

Sin embargo, la historia más tierna la protagonizó ya hace unos años un vecino de la zona, enfermo de alzhéimer. Tal y como recuerda Marisol Paz, la dueña del perro y responsable de la Floristería Armonía en los bajos de la plaza, «el hombre había perdido la memoria casi por completo, pero le decía a sus hijos constantemente la palabra perro». Era su modo de pedir que lo llevasen a ver a Ney. Una vez allí, el animal se sentaba a su lado y se dejaba acariciar. Entonces, el señor sonreía. Según la familia, era prácticamente el único momento del día que lo hacía. Al final le pusieron al enfermo una fotografía de Ney en la habitación.

Doce años y fama internacional

El pasado mes de agosto, Ney cumplió 12 años. Lo general en los perros de su raza, la golden retriever, es llegar solo a esa edad, aunque hay casos que alcanzan los 13 y 14 años. Por eso, entre los impulsores de la iniciativa de la estatua urgía su colocación, para que el estreno fuese en vida del animal. El año pasado a veces se le veía cansado, aunque su dueña indica que ha recuperado la vitalidad desde que controlaron su peso.

Sí, Ney es un perro un tanto glotón y, en muchas ocasiones, terminaba comiéndose los bocadillos de los pequeños. Por eso, terminaron por colgarle un letrero. «No me deis de comer. Gracias», dice. Desde entonces, ha recuperado la esbeltez y la agilidad de sus años mozos.

En Facebook existe una página de sus seguidores. Suma más de 1.000 amigos. Hereda una anterior que se borró sin que se sepa muy bien por qué. En ella, los amigos de Ney cuelgan fotografías, linkean noticias e intercambian sus impresiones sobre el animal. Tras su aparición en diferentes televisiones, entre ellas el canal internacional de TVE, su historia llegó a toda América y Europa.