Ana Pastor: «Repsol también ha tenido que perder para poder ganar»
15 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Fue un gesto simple. A las 18.05 horas de ayer dos personas, Luis Llamas, director de la refinería, y Enrique Losada, presidente de la Autoridad Portuaria, firmaron en el salón de actos del Puerto un convenio. Unas gotas de tinta que suponían el inicio de uno de los mayores cambios urbanos que vivirá la ciudad en el presente siglo.
Repsol ponía plazos a su mudanza desde el centro de A Coruña a Langosteira. «No faltaron agoreros que auguraban un fracaso», dijo Losada. Ayer tampoco los hubo, solo felicitaciones de todos los actores que participaron en la larga negociación culminada ayer y escenificada por una firma respaldada por la presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y por el máximo responsable de la petrolera, Antonio Brufau.
El paso, para Losada, es «un hito equivalente a la construcción del dique de abrigo». Aprovechó el momento para pedirle a la ministra que agilice la conectividad ferroviaria con el puerto. La negociación, recordó de paso, no fue fácil, algo en lo que incidieron todos. «Si tenemos una concesión, que nos la respeten», apuntó el presidente de Repsol sobre su primera impresión cuando le expusieron el proyecto. «Pero la responsabilidad de una empresa grande no es solo pensar en ganar dinero. No nos ha hecho grandes Brasil, sino A Coruña y Arteixo», apuntó Brufau, quien aludiendo, en clave de humor, al desembolso que tendrá que hacer la empresa, aseguró: «Ya ganaremos dinero en otro sitio, y ya lo volveremos a ganar en España».
El alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, lanzó la memoria una década atrás para hablar de Langosteira: «Ese puerto exterior que conocí en el 2003, sin plazos ni fechas, no pareció una tarea hercúlea», dijo, y recordó que esa infraestructura nació de una necesidad de protección medioambiental, la de sacar a los petroleros de la ría después del Prestige.
«Muchas ciudades han sabido aprovechar este tipo de traslados de sus industrias con algo distinto e innovador, una oportunidad que tendremos que saber ejecutar», aseveró sobre el reto urbanístico que se abre. En lo económico, definió Langosteira como «la gran esperanza blanca» del empleo en Galicia.
En un ambiente distendido, la ministra habló también sobre su relación con la ciudad: «A Coruña solo tiene un peligro, que vengo cada fin de semana y siempre que vuelvo a Madrid me llevo algo que me pide el alcalde», dijo Pastor.
Para la ministra de Fomento, con el acuerdo rubricado ayer «se preserva el interés público y se hace viable un proyecto empresarial, y eso que parece fácil, no lo es», y subrayó también que «ya no habrá una conducción a través de los barrios y ganaremos espacio para la ciudad».
La mandataria apuntó sobre el proceso de negociación, de casi cuatro años, que finalmente «Repsol también ha tenido que perder para poder ganar». Brufau dio por más que bueno el acuerdo. «Estoy convencido de que el efecto reclamo va a generar riqueza», dijo.
La conselleira de Mar, Rosa Quintana se congratuló de «un trabajo que beneficia a todas las partes» y el alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, aseveró que «Repsol encontrará toda la sensibilidad de un alcalde que vivió toda su vida a 200 metros de la refinería».
Aplausos y felicitaciones en la firma de un convenio del que solo se han hecho públicos algunos puntos, en un acto en el que no se admitieron preguntas de los periodistas, aspecto criticado tanto por la Asociación de la Prensa como por el Colexio de Xornalistas.