La Amy Winehouse gallega

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Verónica Ferreiro, que trabaja como bailarina y corista con artistas como Bisbal, Raphael o Melendi, y está considerada nueva referencia del jazz moderno, ha grabado su primer disco «Laio»

02 jun 2013 . Actualizado a las 16:19 h.

Pensé que era un sueño. El sábado pasado a las nueve de la mañana el canal 24 horas de TVE cerró uno de sus boletines de noticias con imágenes de la actuación en el Café Central de Madrid de Verónica Ferreiro, a la que calificaron como la nueva referencia del jazz moderno. «Eso dicen», comenta sonriente esta coruñesa de 30 años. Creí que estaba soñando, porque su nombre apenas ha ocupado espacio en la prensa gallega (un poco más en la nacional) a pesar de que su currículo es tan espectacular como su talento. «Jamás se han hecho eco de mis éxitos. Y cuando saqué el disco me acerqué a la Xunta para que colaborasen en la presentación y me cerraron la puerta», comenta esta intérprete que, precisamente, hace una década ganó el desaparecido Certame Galego da Canción que organizaba la propia Xunta y cuyo premio era una beca que Verónica aprovechó para irse a estudiar a Madrid a la Escuela de Música Creativa. Desde entonces vive en la capital de España, donde trabaja como corista y bailarina además de actuar con el grupo que lidera. En la lista de artistas con los que ha trabajado figuran Ana Torroja, con la que se fue de gira por México, Isabel Pantoja, Raphael o Melendi, entre otros muchos. «En el año 2007 participé en la gira Premonición con David Bisbal. Fueron 60 bolos por toda España. Y también fui a Eurovisión como corista de Soraya, con la que llevo cinco años trabajando», destaca. Es decir, antes que Lucía Pérez, tuvimos otra gallega eurovisiva y nadie se enteró.

En inglés y gallego

Su primer disco, Laio, que pagó de su bolsillo, fue número uno en la lista de jazz de iTunes. Su nombre está presente en los más importantes festivales de jazz... «Hago música de raíz afroamericana, bebo del jazz, del soul, del góspel. Canto en inglés y en gallego, que gusta mucho fuera. En el cedé hay influencias de la música tradicional gallega», destaca Verónica, que pertenece a una familia muy musical. Su tío es percusionista de Luar na Lubre y su abuelo era saxofonista. Al escucharla me viene a la cabeza Amy Winehouse. «Sé que a los periodistas os gustan mucho las etiquetas. Es una cuestión de sonidos. Bebemos de alguna fuente común, reflexiona Verónica, que, eso sí, asegura: «Me cuido mucho más que ella».

Cambio de cocina

Marcelo Tejedor se queda sin el cocinero que durante los últimos siete años fue su inseparable compañero en los fogones. «El domingo [por hoy] hago mi último servicio», comenta Iván Domínguez, de 34 años. Se incorpora a una nuevo proyecto que lideran Marcos Cerqueiro y Yago Pazos, de Abastos 2.0, en Carril. Se hacen cargo del Loxe Mareiro, un delicioso restaurante ubicado al lado del mar, en el paseo que arranca muy cerca de Loliña y que abrieron hace unos años Emilia Graña y el malogrado Nacho Salorio. «Con la edad que tengo y los años que llevo en Casa Marcelo necesitaba hacer el camino por mi cuenta. Ahora me dedicaré a mi cocina con la filosofía de Abastos», explica. El nuevo Loxe arrancará a mediados de mes y tendrá tres espacios diferenciados: la terraza, el comedor y una mesa para un máximo de doce personas al lado de la cocina. Una noche de verano en este local escuchando la voz de Verónica Ferreiro puede ser lo más parecido al paraíso.

Cornada a un torero gallego

Le costó mucho colarse en los carteles de las Ventas, pero ahora Iván Fandiño, hijo de gallegos que emigraron al País Vasco, es uno de los toreros más esperados por los aficionados en cualquier feria, y también en la de San Isidro. Hace unos días volvió a deslumbrar en Madrid, en la corrida de la prensa. Se llevó de premio una oreja, el aplauso unánime del público y el reconocimiento de la crítica. Lo malo es que el toro le dio una cornada de 25 centímetros en el muslo de la pierna derecha. Lo operaron, pasó unos días en el hospital y ya le dieron el alta. Me cuenta que está pensando en regresar el día 7. Parece imposible, pero Iván es mucho Iván.