El alcalde garantiza que no se edificará en Adormideras sin permiso de la Unesco
A CORUÑA
Para los socialistas, Negreira «ha pasado de presentarse como el salvador de la Torre a convertirse en su principal amenaza»
26 abr 2013 . Actualizado a las 07:07 h.La carta-denuncia remitida el miércoles a la Unesco por varios miembros del movimiento vecinal de Adormideras y por el presidente del Instituto de Estudios Torre de Hércules, Segundo Pardo-Ciórraga, en la que se denuncia la repercusión del nuevo plan general en el entorno del monumento no varía el discurso municipal sobre la ordenación urbanística futura del ámbito. El alcalde, Carlos Negreira, insistió ayer en que «el PGOM dice claramente que todo lo que se haga en el entorno tiene que tener el visto bueno de la Unesco y estar supervisado por la Dirección Xeral de Patrimonio, cosa que antes no se hacía en este Ayuntamiento».
El regidor remarcó que el nuevo planeamiento urbanístico es el primero que tiene en cuenta el patrimonio histórico de la ciudad y calificó como «marea negra» la aprobación en el 2009 por parte de PSOE y BNG de cinco edificios en el Agra de San Amaro, que luego fueron anulados cuando la Xunta dictaminó que no se podía construir en la zona, ya que invadía el área de protección determinada por la Unesco. Un hecho que contrapuso a la «marea blanca» que según él conforman los que quieren proteger el monumento y su distinción como patrimonio de la humanidad: «Cuanta más gente se sume, mejor».
Quien no ve claro en cuál de las dos mareas está el alcalde es la portavoz socialista, Mar Barcón, para quien Negreira «ha pasado de presentarse como el salvador de la Torre a convertirse en su principal amenaza». En ese sentido, critican que se haya introducido en el plan general la posibilidad de levantar un nuevo inmueble en Adormideras para compensar la edificabilidad que se pierde en San Amaro y que, según los socialistas, debería compensar la Xunta, en caso de que los tribunales así lo dictaminen. Para el edil de Esquerda Unida, César Santiso, levantar un nuevo edificio en un barrio tan densamente poblado es una «barbaridade urbanística, paisaxística e ecolóxica».