Rafael Taboada deja de ser abad

rodri garcía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Presentó la renuncia a un cargo para el que el arzobispo designó a Ismael Velo

25 ago 2011 . Actualizado a las 11:47 h.

«Ya hablé con el arzobispo para presentarle la renuncia y quiero que te quedes tú». Esto le comentó Rafael Taboada, abad de la colegiata de Santa María del Campo, a Ismael Velo Pensado, canónigo archivero desde hace más de veinte años, según recordaba ayer este último. Y es que Taboada Vázquez, abad desde 1980 y sacerdote de este templo desde 1956, presentó su renuncia al cargo a comienzos del pasado mes de julio.

Tras la misa de las diez de la mañana que celebra todos los días, Marcelino Liste confirmaba ayer la renuncia del abad y explicaba: «Somos diez canónigos, pero hay dos plazas que no están cubiertas». La última vacante es la de Manuel Espiña y la anterior de Ramiro Amor. Liste también indicaba que «ya hemos propuesto un sucesor al Arzobispado». Dicho sucesor enumeraba luego los canónigos de la colegiata: José María Fuciños, que es el secretario; José Morente Torres, «es el más antiguo»; José Cruz Romero, el organista; Marcelino Liste, el sochantre; José Lamas Fallas y «Rafael Taboada, que seguirá siendo el abad emérito».

Tras mostrar el escrito remitido hace unos días por el Arzobispado y donde se le designa abad provisional, Ismael Velo recordaba que su antecesor en el cargo fue ordenado sacerdote en Melide en 1949 «cuando tenía 23 años». Había estudiado en el seminario de Mondoñedo y su primer destino fue la parroquia de Xuvia, en Ferrolterra, donde era coadjutor.

Ismael Velo evocaba un suceso ocurrido en dicha parroquia cuando a Rafael Taboada «le dejaron en la iglesia tres muertos, que al parecer eran maquis, tirados encima de un carro de vacas; el hizo las gestiones para que fueran enterrados en ataúdes y parece que eso le costó una buena reprimenda de las autoridades de entonces». Luego sería párroco de Miño, desde donde llegaría a la Colegiata en 1956 y, siendo ya sacerdote, cursó Derecho Canónico. En 1980 se presentó a una oposición para canónigo, «había canonjías por oposición y otras de gracia; el se presentó y la aprobó».

De Coristanco a Perillo

A Ismael Velo, de 71 años y natural de Coristanco, en la comarca de Bergantiños, le gusta más hablar de historia y de libros que de si mismo. Detalla que fue ordenado sacerdote en Santiago en 1964 y luego se marchó a Salamanca a estudiar. Allí fue capellán de las escuelas cristianas y tenía ofertas para quedarse, «pero Galicia y la familia me tiraban». Así que en 1967 fue nombrado coadjutor de Santa Eulalia de Liáns y Perillo, «cuando todavía estaban unidas». Años más tarde, «debió ser en 1989», pasó a ser el capellán de las Capuchinas, «las que estaban en Panaderas y ahora están en Oleiros», casi al mismo tiempo que empezó su callada y eficaz labor de archivero de la Colegiata.

«Esto está catalogado y esto solo inventariado». «Este libro está ahí a secar». «Este tardé casi un año en leerlo». «Los libros de ese armario están en cuarentena porque tienen bichos dentro y están fumigados para que vayan muriéndose». Ismael Velo no puede ocultar su pasión por los libros, «hasta puse en marcha una pequeña editorial», comenta como de pasada, antes de mostrar algunos de los pergaminos guardados y catalogados en distintas estancias de la Colegiata: «Este estuvo en la exposición de los 800 años de la catedral».

Sorprenden obras como el Libro de la Cátedra de Gramática, un ejemplar utilizado entre 1589 y 1685, o los libros de música envueltos en plásticos y parte de los cuales «los encontré un día en la sacristía buscando una caja para una custodia». Los libros tendrán pronto nueva estantería y también será reparado el coro, «ya tenemos proyecto y presupuesto», unos 12.000 euros.

Fruto del silencioso trabajo de este canónigo es su libro Archivo de la Colegiata. Clasificación e inventario guía, publicado en el 2009 y que referencia cientos de documentos desde ventas de bienes a pleitos, bodas, herencias y legados. Una de las últimas publicaciones de Ismael Velo es un pequeño catecismo, Pensamientos, oraciones, costumbres, que abre un texto del Hamlet de Shakespeare, aunque el nuevo abad también es autor de la novela O cronista do Temple en el «traigo el Maestro Mateo O Temple».