¿«Quo vadis», A Coruña?

A CORUÑA

21 mar 2011 . Actualizado a las 10:59 h.

Como será A Coruña dentro de diez años? Hagamos un ejercicio de confianza en las promesas dadas: la tercera ronda ya se ha quedado pequeña y ya está en marcha la cuarta, Alfonso Molina tiene dos carriles más para evitar que un simple accidente colapse la entrada noble a la ciudad, un nuevo puente sobrevuela la ría y conecta la ciudad con Oleiros, esa ría ya no es un hazmerreír y está limpia como un espejo del Palacio de Versalles, el plan general está en pleno desarrollo y se ha dado la puntilla a las jorobas en los edificios... El atasco de coches y el atasco urbanístico han pasado al fin a la historia. La intermodal sopla las velas de su octavo cumpleaños...

El ofimático es ya la nueva urbanización a las puertas de la ciudad, moderna, envidiable, un referente arquitectónico en España y en Europa, como gusta decir a los políticos. La ampliación del aeropuerto está completada desde hace varios años, ya no asustan las olas porque el paseo marítimo dio al fin con la solución adecuada; el pequeño comercio vive su gran eclosión, paradójicamente de la mano de un gran comercio que ha atraído industria, más servicios, mano de obra y empleos bien remunerados. A las oficinas del Inem solo acuden despistados. El urbanista Joan Busquets tiene una calle en la ciudad por los servicios prestados, el párking del Parrote figura en las guías turísticas como el mejor lugar para aparcar en el centro de la ciudad y los comercios de los alrededores ofrecen al visitante todo tipo de servicios y de comodidades...

En la Universidad hay ya 30.000 alumnos gracias al compromiso de la Xunta de no discriminar el campus coruñés. La carrera de Medicina va viento en popa, como el Chuac, con unas urgencias de última generación en la que las colas y el sufrimiento en los pasillos son solo un recuerdo amargo del pasado. El Centro de Internacional de Recursos de la Cultura Europea (Circe) ya ha sido inaugurado y lleva el nombre de su ideólogo, César Antonio Molina. Los bulevares coruñeses se estudian como ejemplo de urbanismo en las escuelas de arquitectura, los coches eléctricos ya han dejado de ser el último grito en medio ambiente, Nostián ha cumplido al fin el objetivo para el que fue creado, tratar la basura, no almacenarla. Los vasos de vertido son historia.

Si hay colas es en el puerto exterior, donde los grandes buques de carga se pegan de puñetazos para entrar. Langosteira es ya el Rotterdam del siglo XXI, un siglo XXI que también ha bendecido la integración del puerto en la ciudad. Ya no hay muros que impidan ver el mar. La ciudad ha dado la puntilla al feísmo. El centro de Alzhéimer es un referente mundial. En A Coruña no cierran empresas, solo abren. El ERE es un fenómeno olvidado. Bill Gates ha dado órdenes de estudiar esta peculiar revolución de progreso tan lejos de Silicon Valley.

Soñar es gratis. Depende de los políticos que estos sueños se cumplan. Los ciudadanos podemos aportar nuestro granazo de arena, y ya lo estamos haciendo sudando la gota gorda incluso en los peores días del invierno. Ahora de los gobernantes depende que las promesas se transformen, sin más excusas, en hechos.

El Circe ya ha sido inaugurado, otro puente sobrevuela la ría y Nostián solo trata residuos