Medio siglo con el cinturón de seguridad puesto

A CORUÑA

24 sep 2009 . Actualizado a las 02:44 h.

«¿Qué pasó?», me pregunta un jubilado coruñés que caminaba delante de la sede de la Delegación del Gobierno en la plaza de Orense. Lo que llamó la atención del viandante era el gran número de guardias civiles que había a la puerta del edificio con su uniforme verde. Además, acababa de pasar por los jardines de Méndez Núñez donde ya está instalada una carpa que acogerá distintas actividades con motivo de los actos centrales a nivel nacional del día de la Benemérita que, como ya les adelantaba hace semanas, este año tendrán lugar en A Coruña. Pero ahora me centro en el acto de ayer. «Es un homenaje a toda la gente que tiene que ver con la Dirección General de Tráfico, que cumple 50 años, y a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil», me aclara el jefe provincial Pedro Pastor . También saludé a su antecesor, Gonzalo Ocampo . El verde domina el paisaje pero por el medio se cuelan otros tonos, como los que lucen las mujeres y hombres que acuden a la cita, en su mayoría jubilados de la Jefatura. Entre agentes y funcionarios el salón de actos se quedó pequeño para la celebración del medio siglo. Diplomas y medallas. El delegado del Gobierno, Antón Louro , entregó los diplomas conmemorativos del cincuentenario, firmados por Alfredo Pérez Rubalcaba , tanto a la Jefatura Provincial de Tráfico de A Coruña como a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que recogieron, respectivamente, Eduardo Fernández-Tafall Pardo , el coruñés del que les hablaba el domingo porque escribió un libro que recoge sus 50 años de trabajo y que lo convierten en el único funcionario de la DGT que está desde el primer día, y el guardia civil Alfonso Paz Platas . Por cierto, Eduardo grabó todo el acto con su cámara. En otro momento de la celebración se entregaron las medallas al mérito a la Seguridad Vial al funcionario Eusebio Álvarez , también colaborador de La Voz, y al guardia civil José Luis Lameiro Coutiño . «Toda mi etapa en Tráfico fue al frente de la sección de seguridad vial», recuerda Álvarez. Ahí los tienen. Son los que llevan medio siglo con el cinturón de seguridad puesto. Nueva nave. Hace 33 años Francisco Barcia Dopico inauguró una empresa dedicada a los grupos electrógenos en un local de General Sanjurjo. De ahí dio el salto a una planta de 1.000 metros cuadrados en la Grela y más adelante, en el mismo polígono, a otra del doble de superficie. Por lo tanto la nave que la empresa Construcciones y Montajes Agal, con marca registrada Cymasa, inauguró ayer en el polígono de Sabón es la cuarta de la firma y ocupa más de 4.000 metros cuadrados, además de los terrenos aledaños. «Somos una empresa gallega que compite con americanos y franceses. Entre otras áreas de negocio, somos líderes en el suministro de grupos diésel de emergencia para las centrales de ciclo combinado», me explica Florentino Sánchez , uno de los responsables de la compañía. Sara Barcia , consejera delegada e hija del fundador, fue la encargada de cortar la cinta inaugural. Por cierto, sorprendió la casi total ausencia de autoridades en un acto en el que una empresa local apuesta por el futuro en esta época de crisis.

La oceanógrafa gallega originaria de Serantes, Ferrol, Ángeles Alvariño , fallecida hace 4 años, fue una de las primeras científicas españolas de proyección internacional en investigación marina. «Empezó a estudiar antes de la guerra. Tanto su vida como su trabajo científico es fascinante. Fue puro talento y tesón», afirma María Teresa Álvarez-Ossorio , del Centro Oceanográfico de A Coruña, organizador de la jornada de homenaje que se celebró en la Domus en colaboración con los Museos Científicos y el Archivo Municipal. También participaron el doctor en Biología Alberto González Garcés , hermano de Carlos , que hablo de su relación con la homenajeada, y Juan Pérez de Rubín , del Oceanográfico de Málaga, que recordó el trabajo de Ángeles Alvariño.