Biografías paralelas

ÁNGEL PADÍN

A CORUÑA

PLAZA PÚBLICA | O |

22 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

RECIENTE la publicación de un interesante libro sobre diversos y singulares personajes, obra del científico y profesor Ramón Núñez, se nos han venido a la memoria las similitudes existentes entre alguno de estos genios y otros que no se dedicaron ni a la ciencia ni a la matemática, como es el caso de Pablo Ruiz Picasso, y que son seres que han aportado a la cultura y a la ciencia grandes obras. Tenía muy presente una obra leída hace semanas y titulada precisamente Einstein y Picasso , que el autor ofrecía como biografías paralelas a pesar de pertenecer a campos muy distintos, con significativas diferencias de formación entre ambos en sus años adolescentes (Picasso en Bellas Artes en A Coruña, Einstein en Berna), más al final convergentes en lo que representaron para la humanidad. Ni que decir tengo que es un orgullo que vuelva a aparecer en un libro de otro científico el nombre de la capital coruñesa, al tratar los primeros pasos de un hombre genial como el pintor malagueño, pero centrémonos en lo que significaron estos dos grandes hombres y los hechos que acercaron sus genialidades. Todo ocurrió a comienzos del siglo XX, «una época creativa y de genio, sin parangón desde el Renacimiento» (Arthur I. Miller). En la ciudad suiza de Berna un grupo de estudio que se hacía llamar Academia Olimpia, y del que formaba parte Albert Einstein, obsesionados con el deseo de cambio, estudiaban las innovaciones matemáticas, científicas y tecnológicas. En París, en el Bateau Lavoir de Picasso, este trabajaba en su cuadro Las señoritas de Aviñón . En 1905 los dos comenzaban a explorar, casi simultáneamente, nuevas concepciones del espacio y el tiempo. Einstein enunciaba en este último año la teoría de la relatividad; Picasso pintaba Las señoritas y descubría la geometría como lenguaje del nuevo arte. Nacía el cubismo. Ambos se conocieron en Paris a través de la amante de un amigo de Picasso y sus revolucionarios descubrimientos no fueron apreciados en principio: la relatividad, hasta 1911, y Las señoritas no lo fue hasta 1916. Pero entraron por la puerta grande en la historia.