Kaydeda

ÁNGEL PADÍN

A CORUÑA

PLAZA PÚBLICA | O |

18 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

DICE EL poeta «¡qué solos se quedan los muertos¡». Es una realidad, pero, en esencia, quienes se quedan solos son los vivos, despojados de un familiar, de un conocido, de un amigo. Pensaba en ello mientras recordaba al último amigo que se ha ido, José María Kaydeda, su otro yo (o heterónimo, como los de Pessoa), pues era en vida José María Calzada Dalmases. Descendiente de una familia catalana Kaydeda llegó a Galicia hace más de medio siglo, cuando su padre, ingeniero, se hizo cargo de la famosa fábrica de tejidos de Xuvia (Narón), en las proximidades de Ferrol. Por deseo paterno quiso estudiar una carrera en Santiago, pero al final alcanzó la de correr delante de los guardias de seguridad cuando participaba en alguna algarada estudiantil. Poeta, escritor, escultor, hombre de recursos ilimitados para la creación literaria o artística, últimamente su vocación se decidió por la artesanía, acompañado por una autoridad en esta materia cual es su mujer Teresa Jorge. Recorrió España y Portugal para ofrecer, cada año, y en su elegido municipio de Oleiros, unas excelentes muestras de artesanía popular que bautizaron ambos como Alfaroleiros. Pero es que, además, crearon un museo donde las piezas recogidas por el país adelante, especialmente de Galicia, son hoy orgullo de esta localidad. Tuvo Kaydeda apoyos esenciales en su quehacer, como el de la corporación municipal y de su alcalde Gelo García Seoane. Miembro de la Asociación Picasso fue autor de un proyecto de monumento al genial pintor, que expuso ilusionado en la prensa. En la década 1940-1950 creó y expuso en la librería Lino Pérez de la calle Real, que regentaba su amigo Julio Ponte, un nacimiento surrealista que despertó una enorme expectación. En dicha librería organizó una exposición-homenaje al malogrado pintor Jesús Concheiro. También recibió un gran reconocimiento en Oleiros, ya cuando su salud le encorsetaba su tenaz labor cultural. Hace tres años publicó una poesía, Autorretrato del adiós y decía que se encontraba «solo en la soledad del silencio absoluto». Al fin, descansó y nos dejó también solos a sus amigos.