Entre copa y copa

Miguel García

CDLUGO

ALBERTO LÓPEZ

05 dic 2021 . Actualizado a las 22:16 h.

Rubén Albés se fue el jueves pasado de copas a Madrid. Se llevó a medio vestuario del filial consigo. Como es gente joven y con poca experiencia, ante la posibilidad de que les dieran garrafón, se llevó también a ilustres veteranos que pudieran advertir alguna irregularidad. La copa, ya se sabe, en las primeras rondas tiene sus complicaciones. Poco que ganar y mucho que perder, entre otras cosas la eliminatoria y la honra. Si quedas eliminado, con el paso de la temporada se va olvidando, pero se queda incrustado en la historia del club y en el currículo deportivo personal. Salió airoso del jueves copero, porque los resultados mandan y aunque por los pelos, se metió en el bombo del siguiente sorteo que es lo que cuenta.

La copa es como la lotería, juegas todos los años con la esperanza de que te toque el gordo o algún premio que te saque de pobre. Pero la liga es lo que te da de comer. Lo importante, lo trascendental, por eso hay veces que te distraes tanto con la lotería que te olvidas del cometido principal. Conviene por tanto calibrar bien. Y en el tránsito copero, llega el Ibiza. Para casi todos nosotros, idílica isla, paraíso sublime donde el descanso diurno y el ocio nocturno están garantizados. Solo que también tiene un equipo en la liga de fútbol profesional, poca broma. A la sazón rival directo en los objetivos clasificatorios de nuestro amado equipo, menos broma todavía.

La primera parte no compareció ningún equipo o por lo menos esa fue la sensación. Ninguno hizo méritos para obtener premio alguno y las tablas daban buena cuenta de lo visto. Lo que nos depararon los segundos cuarenta y cinco minutos no es que mejorara mucho lo anterior, pero al menos hubo cierta emoción por el resultado. El Lugo a caballo entre dar un pasito más en busca del gol y con el temor de sufrir una derrota no se encontró cómodo en el partido. Es un punto más que acerca a los veinticinco soñados en la primera vuelta con dos partidos todavía para completarla. Sumar alivia el ánimo. Refuerza el trabajo. Aumenta el optimismo. Lo peor, que la enfermería no para de recibir inquilinos. Lo menos bueno, se echó en falta el ímpetu, el vigor y la energía que siempre acompaña a este equipo. Lo mejor, que llegó más que el adversario, que apenas inquietó al meta local, y además acabó el partido en el área adversaria.

La pinta es que el filial tenga que volver de copas entre semana porque entre copa y copa está el menú principal. Ya sabéis, las copas siempre con el estómago lleno.