De la Formula 1 y la Copa Davis, a Lugo

M. Pichel LUGO / LA VOZ

DEPORTES

24 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En un tiempo en el que las Escuelas de idiomas se colapsan con las peticiones para aprender alemán; con la Bundesrepublik como destino laboral soñado en la precaria España; no deja de llamar la atención que un germano se embarque en el viaje inverso. Es lo que ha hecho Roman Harbaum, encargado de las obras de la grada supletoria del Ángel Carro, y residente en Madrid, con su mujer y sus hijas españolas (de uno y tres años de edad, y doble nacionalidad).

«Llegué a España en el 2004 con una beca Erasmus, conocí a la que hoy es mi mujer, y después me quedé», explica. Vive aquí desde el 2006, y ha vinculado su trabajo como arquitecto al mundo del deporte, como parte de su empresa, Nussli.

El bum del tenis nacional, con Rafa Nadal como estandarte y el dominio de la Copa Davis, no le es ajeno. En Córdoba, Vigo, Oviedo o Gijón contribuyó a montar y desmontar los recintos provisionales que acogieron esos eventos. Pero también en la Copa del América, en Valencia, y en la misma capital del Turia, en el circuito urbano de la Formula 1.

Nacido en Bielefeld, sede de multinacionales como Miele, o casa de las pizzas Dr Oetker, en la región de Westfalia (una de los más ricas de Europa), tiene entre sus orgullos el haber participado en el diseño del estadio del Bayern de Múnich, el Allianz Arena. «Incluso nos dimos el gusto de hacer un saque de honor, cuando en vez de césped aún había barro», desvela.

Reconoce que le gusta la vida en España. «Aquí, si tienes trabajo, se vive bien», dice. Pero también soporta alguna broma sobre su presencia («¿te engañaron, o qué?», me dicen), o su presidenta, Angela Merkel, que anteayer volvió a ganar las elecciones. «Sobre todo es mi suegro el que se ríe», dice, en un castellano perfecto.