La música que se lleva dentro

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CORCUBIÓN

20 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La cantante Rocío Pérez decía el lunes, en el programa Cámbiame de Telecinco que tanto eco ha tenido, que a veces, cuando acude a cantar a algún lugar, los espectadores llevan más alegría que ella en el cuerpo. Ya sabemos que un programa de televisión grabado escoge lo que más le interesa, las escenas que pueden impactar o llegar a más gente, pero esa es una declaración sincera, de alguien que desde niña lo ha pasado muy mal y que ha encontrado en la música una escapatoria a las miserias del día a día. Para unos, más que para otros, pues ya sabemos que la vida es de todo menos justa.El caso de Rocío -cuestión televisiva al margen, pero que le vendrá bien para aumentar su radio de acción y, por tanto, los ingresos- es uno más de los muchos que tenemos en la Costa da Morte que luchan denodadamente por salir adelante en el mundo de la música. Será casualidad, pero en esta comarca tenemos excelentes intérpretes e instrumentistas. Y directores de orquestas, algunas míticas. Y miembros de grandes bandas. Desde siempre, lo cual es un doble mérito desde el punto de vista de que las escuelas de música son algo reciente y el Conservatorio de Carballo, lo mismo. Hace ya bastante, en medio del monte escuchaba a un vecino que acompañaba sus vacas cantando canciones con voz de barítono. Tal vez por eso siempre le hacían caso, incluso las de los demás. Los vecinos nos preguntábamos qué hubiera sido de él de tener un buen maestro que lo guiase. Seguramente no estaría, como está ahora, enterrado en una tumba modesta con alguna pena y sobre todo sin ninguna gloria. Otros tuvieron alguna suerte, al menos los recuerda el gran Suso Méndez en su libro de la historia de los músicos de Corme, o asociaciones que evocan a los gaiteiros tipo Jai Jai (Os Enxebres de Neaño), o los de Queixas, y los evocan en sus trabajos. También hay grupos reconocidos (o había) que se esfuerzan en hurgar en creaciones tradicionales de la comarca y las llevan a sus discos. Así conocí algunas relacionadas con Corcubión o con Erbecedo, por ejemplo. En todos los casos se trata de gente que ama las melodías, las letras. Que las lleva dentro. Incluyo en este grupo a esos dúos anónimos que amenizan sesiones vermú de lugares con poco dinero, o bailes de fin de semana. A veces aportan la única felicidad semanal a gente muy castigada del trabajo o de las circunstancias. También los hay dolidos por los que hacen competencia desleal, tirando los precios. Unos y otros -ya se ve que el espectro es amplísima, como la luz- llevan dentro el alma de artista, esa que, o se tiene, o no se tiene. Rocío ya forma parte esos valientes. Ojalá ella, y ellos, reciban el fruto que se merece el esfuerzo, la valentía y las cualidades.