EN PRIMERA PERSONA | Escribe Rocío Caamaño | Soy gallega, compositora unida a un piano de cola, maestra y madre
29 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Desde muy pequeña me ha gustado imaginar historias y ser la protagonista de cada una de ellas. Historias de todo tipo, cantadas e interpretadas y cuando tenía algún sueño, por las noches, siempre estaba relacionado con la sensación de volar, de sentirme libre. Supongo que la música consigue eso, que sea libre.
Recuerdo los ensayos de la coral de Cee, cuando mi padre (Isidro Caamaño), el director, y mi madre (Mercedes Mejuto), vocalista, no podían dejarnos solos a mi hermano y a mi y no nos quedaba más remedio que acompañarles. Comencé sin darme cuenta a disfrutar de las armonías, de la combinación de las voces y sin quererlo, me enamoré de la música y su poder. Sí, la música tiene poderes, es curativa y sanadora y yo quería indagar sobre todo eso de todas las formas posibles.
Crecí y cada paso que iba dando en los estudios giraba en torno a esa disciplina: Grado medio de piano, ballet clásico, canto, magisterio musical y finalmente musicología. Sabía que tenía que estar preparada para ser la mejor.
Cuántos viajes tuvo que hacer mi madre conmigo al Conservatorio entre semana, primero en el de Santiago de Compostela y después en el de Carballo. Musicología en Oviedo con los mejores catedráticos de música que conozco, analizar partituras, conocer la vida de los autores más grandes y poder valorarla. Fue una experiencia increíble siempre dando gracias al enorme esfuerzo que tuvieron que hacer mis padres. GRACIAS.
Pero había algo que superaba ese enamoramiento hacia las notas, el instrumento o la danza… Ese algo era estar encima de un escenario, comunicar y emocionar. Descubrí que lo que más me apasiona del mundo es CONTAR CANCIONES y si de paso puedo hacerte una mejor persona con ellas… ¡pues mucho mejor!
Comenzó otra etapa en infinitos concursos de televisión, experiencias que me hicieron ir creciendo como artista y como persona pero no terminaba de sentirme del todo músico porque siempre interpretaba canciones de los demás. Me considero una especie de artesana musical y necesitaba sacar todo lo que llevo dentro… mis inquietudes, mis miedos, mis deseos, mis sueños.
Cuando fui consciente de ello, desperté y me senté al piano. Ahí empezaron a surgir las primeras melodías, puse en funcionamiento todo lo que había aprendido tanto a nivel técnico como emocional. Al principio no era capaz de tocar y de cantar a la vez pero poco a poco fui mejorando dejándome llevar por esa sensación tan maravillosa de controlar absolutamente toda la situación y disfrutando del camino.
Una nube musical
Llevo dos años en una nube musical con este proyecto que no para de crecer, que tantas alegrías nos está dando, acompañada de una banda de músicos súper talentosos y que además son maravillosas personas. Juntos, en equipo, caminamos. Ha sido un gran año lleno de conciertos en las mejores salas de Madrid, primera incursión en Barcelona y en pocas semanas, llegará la publicación de mi primer álbum, que resumirá a la perfección lo que han sido estos más de dos años. Y además nos espera un verano muy intenso, con muchas actuaciones, entre ellas en el festival Som de Mar en Lloret de Mar, y cómo no, en mi sitio favorito: mi tierra, mi Galicia, en este año Xacobeo. Lo único que quiero es que mi música llegue a todas las personas posibles, quiero unir almas a través de mis canciones, todos tenemos un cometido y ese es el mío.
Así que esta soy yo, Rocío Caamaño, gallega de pura cepa, compositora unida a un piano de cola, maestra y madre. Y llego para quedarme.
DNI
Rocío Caamaño Mejuto nació en Cee en 1983. Dedicó su infancia y adolescencia a la formación musical. Se licenció en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de Oviedo. Durante aquella etapa realizó múltiples actuaciones por toda Galicia, demostrando ser una excelente intérprete de temas de diversos estilos, pop, jazz, fado, copla, ranchera, lírico. Tras diferentes apariciones en la TVG u otros foros, en 2009 se trasladó a Madrid para ejercer la docencia, y realizó pequeñas colaboraciones y actuaciones esporádicas. Hace cuatro años empezó a tomar forma la idea de un nuevo proyecto de composiciones propias, alimentada por la necesidad de cada de transmitir inquietudes, añoranzas o estados de ánimo. «Me senté delante del piano, cerré los ojos y empezó a oler a Galicia», explica, y así a surgieron las primeras notas de «Enbora», tema inspirado en Galicia. Surgió también «Mar», ambas acompañadas por el violín de Paula González de Ubieta. Y también empiezan a aflorar inquietudes de carácter personal como «Puedes», «El error» e historias como «Rarezas». En 2019 realiza actuaciones, como en Sofar Madrid, presentando temas y colaborando con la Sonrisas sin Cáncer, o la presentación del calendario solidario 2020 en el auditorio del Hospital de la Paz interpretando «Valiente», dedicada a los pequeños que sufren la enfermedad. Con el confinamiento despierta la creatividad y la búsqueda de otros horizontes. Temas solidarios como «Adelante» o inspiradores como «Lo que me dé la gana» y «Vuela». Pese a la pandemia mantiene actuaciones, presenciales y en streaming. En la Xunquera de Cee del 2020 reunió a 400 personas. En el 2021 estrenó seis singles en plataformas digitales, vídeos y varias conciertos. Y el 2022 llegó con más conciertos y el éxito «Meu Camiño». Prepara nuevas canciones.