Apilan madera talada sobre los restos del Castelo do Soberano de Camariñas

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

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La asociación de empresarios, que tiene la fortaleza en arriendo desde hace 4 años, lo denunció ante la Policía Local

26 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La directiva de la asociación de empresarios de Camariñas se llevó una gran sorpresa, y mayor disgusto, al comprobar que una empresa maderera había apilado una buena carga de pinos sobre los restos del Castelo do Soberano. Un bien de interés cultural (BIC), a pesar de que solo queda la base tras el expolio de años de sus muros y patrimonio, cañones incluidos, pero esos restos son aún un testigo del que fue un castillo importante mandado construir por Carlos III en el siglo XVIII para defender la ría de incursiones enemigas, y que pasado el tiempo fue vendido por el Ejército a José Álvarez-Pardiñas Mourín, que lo pasó a sus descendientes. El último se lo vendió al empresario camariñán José González Soto, que a su vez se lo arrendó a la asociación empresarial hace cuatro años.

Esta entidad, que preside Olga Campos, tenía un proyecto de recuperación y aprovechamiento, que no salió adelante por falta de permisos. Fue escombrera y cantera mucho tiempo, más o menos hasta 1999. Sus cañones, ahora recuperados en parte, se emplearon como bitas de amarre en el puerto. Hace diez años se realizó un trabajo arqueológico y reaparecieron algunos elementos, como el polvorín, el foso o las rampas, eliminando sobre todo la maleza que lo invadía todo, pero que con el paso del tiempo y la inactividad amenazan con volver a cubrirlo.

En esta zona, que forma parte de la historia de la Costa da Morte, es donde han dejado la madera, algo que al parecer ya había ocurrido en otras ocasiones. Y además, a escasos metros del cartel que identifica tal lugar. Olga Campos estaba ayer indignada: «Non se valora o que temos, e parece que ninguén fai nada para protexelo», se lamentaba.

Los proyectos de recuperación se han sucedido sin fortuna. Hace cinco años, el actual dueño daba ya por perdida la opción de levantar un hotel de cuatro estrellas, ya lo justificaba en la excesiva burocracia que le pedían, tras siete años intentándolo. Esta primavera, los empresarios tenían en mente una iniciativa menos ambiciosa, pero de cara a la puesta en valor de la zona para aprovecharla turísticamente con una ayuda del GALP, pero achacaron al Concello falta de interés.