El jueves se presentará en Vimianzo el nuevo libro sobre bioluminiscencia marina, obra de la fotoperiodista Ana García
27 ago 2024 . Actualizado a las 09:34 h.«No es solo un libro de fotos». Tiene más de sesenta, pero es mucho más que un compendio de imágenes inolvidables sobre la magia que puede crear la bioluminiscencia marina y la mirada sensible y despierta de Ana García, carballesa y parte de la redacción de La Voz de Galicia desde 1999.
Es el segundo Mar de Ardora, que la Xunta considera Mar de Galicia. El jueves se presentará en el Castelo de Vimianzo el nuevo volumen, que incluye novedosas aportaciones desde el punto de vista del turismo, de la ciencia y del oficio del mar, además de la experiencia de su autora que expone todos los secretos de este fenómeno que captó por primera vez en la playa de Carnota en el 2020 y que no ha dejado de perseguir desde entonces.
Así, el libro es un manual imprescindible para los que quieran conocer lo que provocan los dinoflagelados, seres unicelulares cuyo papel en este espectáculo nocturno cuenta con todo detalle Francisco José Rodríguez Hernández, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo. Es la suya una de las visiones del conjunto que acaba siendo el libro, en el que también están presentes el veterano marinero Xosé Barizo y la periodista Patricia Blanco. El viejo armador del Castelao recuerda: «As redes eran de algodón e debían traballar cando ardía o mar».
Ana García ha incorporado todas estas aportaciones a una obra que pretende ser una guía para que todo el mundo pueda disfrutar de este espectáculo natural. Se puede disfrutar a través de las páginas de este libro, pero la autora ya advierte que es mucho más impresionante al natural.
Sin embargo, como todo lo bueno, hay que escoger el momento perfecto y tener paciencia. Ana García explica cuándo se puede gozar de la visión de esa agua de un azul intenso en medio de la noche. «O mar de ardora obsérvase xeralmente durante as noites cálidas de primavera, verán e outono, cando as augas están máis tranquilas e hai un maior crecemento destas especies bioluminiscentes. A escuridade sempre é unha gran aliada; canto máis escura a noite mellor se percibe o fenómeno. As noites sen lúa son as máis propicias». Así, Ana García ya establece una serie de fechas en las que es posible observar este espectáculo.
Planificación
Teniendo ya esa pauta, la fotoperiodista explica la planificación de las salidas. «Prefiro traballar soa, aínda que moitas noites acompañábame o meu gran compañeiro de vida, Basilio Bello. É crucial que a praia ou o cantil elixidos teñan pouca contamimación lumínica, que a lúa chea non estea no ceo, e revisar tanto o prognóstico do tempo como das mareas. Unha alta temperatura na auga e o vento do sur son boas condicións para que se dea o mar de ardora».
Pero también es preciso tener calma. «Quen o ve por primeira vez queda abraiado, marabillado; é algo asombroso, case indescriptible. A impaciencia non ten cabida con este fenómeno. Lembro a última vez que informamos na Voz de Galicia sobre o seu avistamento en Sada. Moitos visitantes fóronse decepcionados por non o poder ver, aínda que esa noite si se puido contemplar, máis non coa mesma intensidade que a noite anterior na praia de San Pedro, debido á afectación lumínica artificial de varios focos que o día anterior estaban apagados».
Recuerda Ana García la importancia de tener paciencia, «a arte de saber esperar». Cuenta cómo en algunos lugares, como en la playa de Rebordelo, en Cabana, se pudo ver este fenómeno casi de junio a septiembre del año pasado y que también lo hubo varios días seguidos en Carnota, en Estorde y en Mar de Fóra.
Es este el descubrimiento de un gran atractivo para todo tipo de visitantes, por las imágenes de Ana García están recopiladas en un libro editado a por la Xunta, a través de la Axencia Turismo de Galicia. Su director, Xosé Manuel Merelles, explica la importancia de las fotografías. «As instantáneas deste libro expresan o proceso de procura incesante para contarlle ao mundo en que momento pode contemplar o mar de ardora; unha misión que lle impulsa a compartir a maxia deste fenómeno con quen aínda non o experimentou».
Así pues, la fotoperiodista lleva al lector, también a través de sus textos, a un viaje que termina en las playas para contemplar cómo arde el mar.