La filantropía dejó huella en la Costa da Morte

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

GRANDES MECENAS | REPORTAJE | Los mayores gastos se realizaron en educación e infraestructuras, las principales necesidades para la comarca

21 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No es, ni mucho menos, una huella todo lo profunda que debiera, porque las personas adineradas de la Costa da Morte que decidieron dejar sus fortunas para beneficio de sus convecinos lograron para sus pueblos un desarrollo que sin su acción hubiera sino mucho más lento. En algunos casos lo que construyeron sigue marcando la diferencia en los pueblos que recibieron los legados. Pero en ocasiones no fue fácil que el dinero llegara al destino que el filántropo había deseado y fue necesaria una o varias manos honestas y firmes para que la fortuna acabara donde debía.

Colegio y Fundación

Fernando Blanco de Lema. (Cee, 18 de octubre de 1976). Con solo 13 años emprende camino a Cuba, donde empieza como dependiente de ultramarinos, pero termina dedicándose al negocio de la ferretería, que se convierte en la base de su fortuna. Compra acciones de bancos y compañías de ferrocarril, además de otras inversiones. Tres días antes de morir, el 2 de abril de 1875 , redacta un testamento en el que se declara soltero y sin hijos y decide emplear su fortuna, valorada en 750.000 pesos de oro, en la construcción y mantenimiento de un colegio de primera y segunda enseñanza en Cee. La realización del gran proyecto del filántropo, determinaría el nacimiento de la Fundación Fernando Blanco. La construcción del centro educativo comenzó el 2 de agosto de 1880 y la inauguración se celebró el 2 de octubre de 1886. El programa fue preparado por Acisclo Fernández-Vallín, consejero de Instrucción Pública. La escuela de niñas, cuya obra comenzó en abril de 1882, es hoy la sede de la Fundación y se edificó sobre el solar de la casa natal del filántropo. En ella recibían educación los párvulos, hasta los 7 años y, las niñas, hasta los 14.

MARCOS RODRÍGUEZ

El instituto sigue en funcionamiento como centro de secundaria, bachillerato y FP y su función se completa con el museo, que acoge un importante legado científico y pictórico, con óleos de Madrazo. Además, la fundación mantiene el legado del benefactor concediendo becas anuales para los estudiantes y un completo programa cultural todos los meses de octubre.

Escuela y Ayuntamiento

José Carrera Fábregas. (Corcubión, 19 de marzo 1857). Pertenecía a una familia de 12 hijos y emigró en plena adolescencia a Argentina. Tras varios trabajos abrió su propio negocio y fue prosperando hasta convertirse en un exitoso empresario. Se casó, pero no llegó a tener hijos. Ocupó puestos de importancia en la banca y en compañías de seguros, pero también en entidades benéficas, según explica Luis Lamela en sus crónicas Galicia oscura Finisterre vivo.

Con 44 años regresó a Corcubión y realizó su primera donación, un púlpito gótico de madera de cuatro metros para la iglesia de San Marcos. Al fallecer en julio de 1918 estableció en su testamento que se construyese en su pueblo una escuela de artes y oficios que llevase el nombre de Fundación José Carrera, pero su viuda anuló sus últimas voluntades, aunque finalmente accedió a donar parte del capital para la construcción de un instituto.

Cedidas por Luis Lamela

Cinco años después del fallecimiento, el cadáver embalsamado del filántropo llegaba al puerto de A Coruña para ser inhumado en el panteón familiar, al mismo tiempo que se construía el centro educativo que se abrió en 1931, aunque se había terminado la obra en 1926. Hoy el edificio alberga la casa consistorial después de que la Xunta construyera un nuevo centro educativo. El Concello pidió la desafectación del edificio.

Fuente y rampla

Anselmo Villar Amigo. (Malpica, 1850). Era hijo del secretario del juzgado municipal y emigró a Argentina cuando aún no había cumplido los 12 años, según explicó Xurxo Alfeirán en un artículo. Allí se convirtió en un emprendedor empresarial e hizo fortuna, además de ser un afamado político en Buenos Aires y, a intervalos, diputado en el Parlamento Español por los distritos de Corcubión y Muros. Desde muy pronto se destapó como filántropo tanto en Argentina como en Malpica, donde había de dejar un importantísimo legado. Ya en octubre de 1896 adelantó 30.000 reales para la realización de una fuente en el centro de la localidad que recibía agua canalizada de los pozos de Regueiro.

Sin embargo, quizá su mayor aportación estuvo en el puerto. Explica Xurxo Alfeirán que la Administración estatal se negaba a mejorar la seguridad de las embarcaciones, por lo que el Concello, con materiales de obra, inició la construcción de una rampa que contó con el apoyo económico de Villar Amigo, Los trabajos acabaron realizándose en 1898 en el solar que ahora ocupa la Casa do Pescador. Al mismo tiempo se construyó el murallón que todavía hoy acoge las conversaciones de los marineros y se realizó el empedrado desde la fuente al cruceiro, en la calle principal. Terminaron los trabajos en 1904. Unos años antes anunció una donación de 4.000 pesetas para construir un mercado, que llegó a levantarse en el lugar que hoy ocupa la casa consistorial. Sin embargo, a los malpicáns no les convenció, por lo que costeó el derribo y construyó en el lugar unas escuelas infantiles que comenzaron a funcionar en 1904.

ANA GARCIA

TRaída de agua

Benigno Lago. (Corcubión, 12 de octubre de 1897), era conocido como O Peruano y con 18 años, reclamado por un familiar, fue a Argentina. Regresó a Corcubión cinco años después, se casó y tuvo tres hijos. Compró una goleta y se dedicó al transporte de combustible por la zona de la Patagonia. En Río Gallegos co-fundó y presidió el primer centro gallego, cuenta Luis Lamela en una de sus Galería de Emigrantes. En 1940 residía en Ica, en Perú, donde se dedicó a la caza de focas para el negocio de la piel y después a la salazón de los hígados, para terminar con varias fábricas de conservas. Fue el que inició en Perú la pesca de una especie para harina de pescado.

Regresó a Corcubión con una notable fortuna, con la que contribuyó a, donde entraba el agua de mar, en el que hay un monolito en su recuerdo. Además colaboró en que Corcubión fuera uno de los primeros concellos de la provincia de A Coruña en tener abastecimiento de agua potable.

Las escuelas cambiaron una época en la que la educación era un bien escaso

Si había un asunto que preocupaba a los emigrantes que habían conseguido hacer fortuna allende los mares era que los niños de sus pueblos natales tuvieran acceso a la educación, quizá con la intención de que no siguieran sus pasos. La inmensa mayoría de los benefactores y filántropos que hubo en la zona dedicaron parte o todo su legado a la construcción de escuelas y otras instalaciones dedicadas a la formación de los vecinos. El segundo asunto en cuanto a querencia por parte de los ricos indianos era facilitar la vida de las personas mayores sin recursos, casi con el mismo interés con el que gastaban en la Iglesia, ya fuera para donar imágenes, púlpitos o incluso para construir sus propios templos. Así fueron varios los que terminaron enterrados en las capillas de las obras que sufragaron, como es el caso de Fernando Blanco de Lerma o de José Carrera, cuyos restos terminaron siendo trasladados al cementerio municipal en 1998.

KOPA

Biblioteca

Santiago Rey Fernández-Latorre. En 1997 la familia Rey Romero donó al Concello de Muxía un inmueble que fue convertido en Casa da Cultura. Precisamente en ese lugar, pero en el 2007, Santiago Rey Fernández-Latorre, presidente de La Voz de Galicia, fue nombrado hijo predilecto de Muxía. Pocos meses después, como responsable de la Fundación que lleva su nombre, firmó con el alcalde Félix Porto un convenio por el que se hacía cargo de la reforma del inmueble y de la creación de la biblioteca municipal, que, como la plaza en la que está el edificio, lleva su nombre. La inauguración se llevó a cabo el 31 de marzo del 2008, según lo previsto, y las instalaciones se abrieron al público el 1 de abril. Desde entonces han acogido numerosos actos culturales, todos ellos relacionados con el mundo del libro, desde presentaciones de novedades editoriales hasta actuaciones encaminadas a la promoción de la lectura.

Ana Garcia

Cinco escuelas

ABC del Partido de Corcubión. La Asociación Benéfica Cultural del Partido de Corcubión en Buenos Aires cumplirá el 26 de agosto del 2022 sus primeros cien años de existencia y para los actos que están preparando para el próximo noviembre están invitando a los alcaldes de la Costa da Morte. La entidad que ahora preside Carlos Óscar Ameijeiras Miñones ha sido uno de los principales benefactores de la zona. Está integrada por emigrantes de la comarca y gracias a su apoyo económico se construyeron cinco escuelas. A la entidad se deben las de Areas Blanco, de Nemiña (Muxía); Marcial González, de Estorde (Cee); Juan Díaz Fernández, en Suarriba (Fisterra), y la Labarta Pose, en Pasarela (Vimianzo).

La entidad, prácticamente ya centenaria, tenía como principales fines desde su creación no solo levantar escuelas o mejorar las ya existentes, sino premiar a los mejores estudiantes y fomentar el intercambio comercial entre España y Latinoamérica. También se centró en el desarrollo agropecuario de la zona.

Escuelas del jardín

Desiderio Varela Puga. El filántropo carballés dejó en su testamento, otorgado el 23 de diciembre del 1907, la importante cantidad de 32.500 pesetas de la época para la construcción de unas escuelas públicas para niñas y niños. Se encarga la obra a Eduardo Rodríguez Losada y se inaugura en 1929. Desiderio Varela, cuyo nombre lleva la calle que pasa frente a las escuelas, era médico y fue director del balneario de Carballo entre 1885 y 1889, además de escribir la Memoria sobre las aguas medicinales en Galicia.

Basilio Bello

También instituyó a su muerte una ayuda en favor de las viudas y los huérfanos de los médicos pobres de la provincia de A Coruña. Llevaba el nombre de su esposa, Amalia Gómez, y se trataba de un donativo anual de 250 pesetas. Además, cedió buena parte de sus libros a la Biblioteca del Consulado, que está situada en la calle Panaderas de A Coruña.

Asilo Emilio Alonso

Fundación Riestra y otros. La constitución del asilo Emilio Alonso, en Corcubión, fue un asunto complicado a pesar de que las voluntades que aquellos que dejaron sus legados para atender a los ancianos desamparados parecían bastante claras. El segundo matrimonio del médico Emilio Alonso demoró, según cuenta Luis Lamela, el objetivo inicial de los primitivos propietarios del patrimonio legado, básicamente la familia Riestra, el indiano Santiago Domínguez Trillo, y Camilla Andrade y Abente. Las condiciones que ella puso para la donación hicieron que la instalación se abriera el 24 de diciembre de 1924, seis días antes de que venciera el plazo de 5 años para gastar el dinero. Ayudó que la segunda esposa del médico renunciara parcialmente a su usufructo. La actividad en realidad comenzó en 1926. A partir de entonces albergó y alimentó a los pobres.

Legados perdidos incluso por falta de respuesta

Corcubión apenas se vio beneficiado por la fortuna de Simón Tomé Santos, el inventor de los coches de caballos de alquiler. Así lo explica Alejandro Lamas Costa en sus Historias de Corcubión. A pesar de que realizó diversas gestiones en distintas épocas no se consiguió que se construyeran las escuelas que el filántropo había deseado para su pueblo. Sí que llegó el dinero para los hospitales de Madrid y para otras ayudas, pero no lo que se especificaba en su testamento, otorgado en julio de 1787, en el que también se establecía una paga para vestir cada año a nueve niños y al mismo número de niñas. En los años 20, el Concello realizó nuevos trámites, pero solo logró recuperar un pequeño capital de 7.812 pesetas.

Otro caso es el de Plácido Castro, nacido en Fisterra, diputado provincial y dueño del castillo del Príncipe de Ameixenda, que le pidió la asociación ABC de Corcubión como sanatorio-asilo para emigrantes, pero no respondió. Lo había cedido a la diputación de Valladolid, que rechazó el legado.