Los bomberos apagan velutinas

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

En los parques de bomberos de la Costa da Morte tienen entre tres y cinco salidas de media cada día para retirar nidos, y en eso se va a ahora la mayor parte de su tiempo

05 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los bomberos de los parques comarcales, tanto los de Carballo y Cee como el resto de la provincia, dedican la mayor parte de su tiempo de trabajo a la retirada de nidos de velutina, según fuentes del consorcio (financiado por Xunta y Diputación) en el que están agrupados. Ya no se trata de anécdotas, de una semana más intensa que otra o de hechos puntuales: de promedio, cada día realizan entre tres y cinco salidas. Y, como son parques comarcales, no se trata de salidas pequeñas precisamente, ya que consumen mucho tiempo, recursos y por supuesto kilómetros. Ayer, por ejemplo, el parque de Cee notificó tres salidas de la jornada anterior, y todas a Camariñas: dos a A Ponte do Porto y otra a Dor. Al menos, se pudieron organizar bien, porque las llamadas fueron entre las 10.05 y las 14.39, y las retiradas se terminaron entre las 19.50 y las 20.40. En los tres casos eran nidos en los aleros del techos, dos a seis metros de altura, y otra a doce, con diámetros de entre 6 y 20 centímetros. Para retirarlos usaron desde mangueras de alta prensión hasta insecticida, con espátula posterior. Pero este es solo el parte parcial de una jornada, porque cada día es diferente. La realidad es que los medios de los bomberos se destinan ahora, sobre todo, a luchar contra la velutina. Y eso es así porque tienen que acudir a casos de emergencia, aunque al final resulta que no lo es. O aquellos en los que Seaga, la encargada oficial del servicio de recogida, no puede, tanto por inaccesibilidad (por ejemplo, el nido está a demasiada altura) como por esa necesidad apremiante de evitar riesgos que, una vez en el lugar, pueden serlo o no, y hay de todo. En todos los casos, los servicios son gratuitos para los vecinos.

Los trabajos se han incrementado notablemente este verano, ya que durante la pandemia se redujeron las medidas habituales contra los nidos primarios, así que los secundarios han ido a más, tanto en las zonas rurales como en las urbanas. Los bomberos se han formado convenientemente, y tienen los medios adecuados.

El problema es que mientras realizan estas tareas, tan repetitivas, generalmente con dos vehículos desplazados, si surge otra emergencia de las más clásicas, desde un incendio a un accidente, la llegada al lugar de los hechos va a ser más tardía.