El manejo de las aguas del río

CARBALLO

13 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ferroatlántica se mimetiza con la Ribeira Sacra gracias al Xallas, donde ha construido cuatro embalses: Fervenza, Ponte Olveira, Castrelo y Santa Uxía. Xallas y el Sil-Miño, tienen cubierto prácticamente su curso por embalses hidroeléctricos que aquí, gracias al relieve del Pindo-A Ruña, una trampa para el agua, están casi siempre llenos.

Pero cuando hace falta se vacían, aunque eso produzca la mortandad de miles de peces. Como todos los ríos de Galicia, el Xallas tiene su propio cementerio: ha enterrado parte de la Devesa de Anllares, la más occidental de Galicia, y ha desecado el tramo final del río entre la presa de Santa Uxía y el fondo de la ensenada de O Ézaro donde hasta hace poco se podía ver en invierno una cadena de marmitas turbillonares que acababan en la fervenza que asustó a Guillermo Schulz, el autor del mapa geológico de Galicia en 1832, cuando pretendía cruzar el río camino de Santiago.

Si le sobra agua, Ferroatlántica la echa al mar y entonces puede verse la fervenza de Ézaro en todo su esplendor aunque con precauciones pues el agua canalizada a través de los aliviaderos de la central eléctrica producen derrumbamientos de rocas desde la ladera encima del paseo turístico construido para visitar la cascada causando derumbamientos y riesgos para los visitantes.

La política de manejo de las aguas del Xallas llevó en algunos casos a interrumpir el caudal ecológico del Xallas (y, cuando fueron obligados por Ley a modificar su comportamiento, en un rasgo de humor maldito pretendieron pasarle la factura del agua a la Xunta de Galicia). Ahora, como los países colonizados también tienen su dignidad, se ha pedido a la empresa que limpie los escombros de voladura del pie de la presa de Fervenza para poder practicar allí en 300 metros remo con kayak. Qué lástima que en el Xallas no quepan los bateau-mouche de la Ribeira Sacra o del Sena.