Cada concello que ocupe su parcela

Marta López CRÓNICA

CARBALLO

24 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La marca Costa da Morte vende, y mucho. Ya sea por la atrayente retahíla de naufragios que convierten esta costa en un particular Triángulo de las Bermudas, o ya sea por su espectacular paisaje, descrito por una oriunda brasileña hace no mucho como «virgen», «inexplorado» y no «perturbado» por la mano del hombre.

Hay puntos más calientes que otros, claro está: Fisterra y su misticismo, Vimianzo y su medievo, Ézaro y su espectacular paisaje, Razo y su potencial surfero... Fuentes inagotables de ingresos turísticos en temporada alta, no cabe duda, y de su fulgor se aprovechan otras zonas menos visitadas a priori: el Zas palaciego, el refugio de Verdes, Corcubión y su casco histórico, la solidaridad de Camelle y el particular arte de Man... Pero, ¿y el resto del año? ¿Qué pasa de noviembre a febrero, cuando muchos establecimientos del sector servicios se ven abocados al cierre puntual por falta de ingresos?

La estacionalización turística que sufre la Costa da Morte es muy acusada. Tanto, que los hosteleros rezan todo lo que saben para que el tiempo no agüe la fiesta en las épocas altas. Pero rezar no es suficiente, al menos mientras no se promuevan iniciativas de interés el resto del año. Laxe es, por ejemplo, de los pocos municipios de la comarca que han apostado por lanzar todo un programa de actividades socio-culturales destinado a dinamizar el pueblo a lo largo de todo el año.

Reláxese, así se llama el proyecto, se lanza cada trimestre, y el de invierno ha estado destinado al sector gastronómico y enológico. Talleres de cocktelería, excursiones, demostraciones en vivo, catas y degustaciones de productos o exposiciones de vinos dieron vida al Museo do Mar durante tres meses y dieron buena fe de que, cuando se quiere, sí es posible programar para los doce meses.

Sin embargo, de poco sirve que un solo concello se afane en dar vidilla a pueblos que en los meses de invierno lucen medio muertos. Mientras no haya una unidad y un interés común por trabajar en una firma conjunta, en un indicador geográfico común, la riqueza económica derivada de los que nos visitan no hará sino menguar.

Si cada concello se mueve en su pequeña parcela, poco valor tendrá la marca Costa da Morte de cara al exterior. Pero, ¡eh!, espectaculares cifras de ocupación previstas para Semana Santa.