Galardón por unir conocimiento

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

José Manuel Casal

El baiés Braulio Pérez Astray recibió ayer en el Reitorado el premio extraordinario de doctorado

30 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Braulio Pérez Astray (Baio, 1961), se especializó en historia contemporánea cuando estudió Xeografía e Historia. Le interesó especialmente la Revolución Industrial, cómo cambió el mundo uniendo la nueva capacidad científica con el poder de la iniciativa privada. Así que más o menos ya le quedó claro a qué quería dedicarse: a unir los dos mundos, la Universidad y la empresa. Y en eso lleva media vida. Ayer recibió una recompensa al trabajo de años, ya que le concedieron el premio extraordinario de doctorado. En realidad, la resolución es de octubre, pero el acto formal se celebró ayer en el Reitorado de la UDC, donde trabaja. Es funcionario; en concreto, técnico superior en fomento de la innovación.

Al contrario de lo que suele ser habitual (en un tiempo en el que lo habitual ya empieza a ser un concepto extraño), Braulio realizó la tesis con experiencia laboral ya muy avanzada, y no justo al acabar la carrera. Y la aplicó directamente a su trabajo académico. La hizo además en Economía Aplicada, bajo la dirección de Fernando González Laxe, y trató sobre los factores determinantes del interés y de cooperación entre grupos de investigación de las universidades con las empresas (de una manera muy resumida).

La defendió no hace mucho, en el 2014, y ya entonces obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude. Y después fue propuesta para el premio extraordinario. El nuevo tribunal examinó de nuevo sus investigaciones, pero también tuvo en cuenta otros aspectos, como la producción científica derivada precisamente del trabajo. Culmina así académicamente una trayectoria en un campo que comenzó en el año 1990, en la Universidad de Salamanca, donde estuvo hasta el 92. Después pasó por la Fundación Universidad Empresa de Madrid, hasta el 96, y desde este año hasta el 98 trabajó en Feuga, en Santiago. Hijo del médico Maroño de Baio, desde ese año forma parte de la plantilla de la Universidad coruñesa, encuadrado en la Fundación.

Su misión es unir intereses de unos y de otros, desde un punto de vista multidisciplinar: ingeniería, ciencias de la salud, arquitectura, computación... También en el área de las ciencias sociales, aunque por su propia dinámica no presentan la misma facilidad.

Sobre qué hay qué hacer, y cómo, lo desarrolló con detalle ensu tesis, creando además un modelo específico. Hay que conocer la oferta y la demanda, pero además tener habilidades personales, saber contactar con unos y con otros, convencerlos, conocer lo que precisan, unirlos en una mesa y en un proyecto común. «O que veño a demostrar na tese é iso. Non só son necesarias ferramentas no ámbito da xestión da innovación, da experiencia, do coñecemento, senón tamén habilidades, que se poden chamar brandas, como son a capacidade para xerar confianza, empatía, comunicación. Hai que trasladar a linguaxe científica á empesarial, e non é fácil, porque son mundos diferentes».

Lo explica: hay que estar pendiente de lo que se hace, lo que se va a hacer, identificar necesidades y problemas reales, «ter capacidade para contactar, ser capaces de resolver esas necesidades, ter interacción persoal», en definitiva.

¿Y eso, llevado a la práctica, tiene su correspondencia? «Claro que si, conséguense cousas. Este ano, na fundación da UDC batemos o récord de actividades de investigación baixo contrato, con 125 entre a Universidade e as empresas». No obstante, dice que «hai que ir a modo». Tampoco es fácil correr, y menos en una época que arrastra la crisis económica, con recortes de gasto en numerosos campos. «A idea é que o número sexa cada vez maior», apunta Braulio. Porque razones existen: «Os obxectivos das universidades non son os mesmos que os das compañías», indica, pero juntos pueden conquistar logros importantes.

SU LABOR

«Hai que ter capacidade para contactar, ser capaces de resolver esas necesidades dun e doutros, ter interacción»