La playas de la comarca acusan los efectos del fuerte oleaje

P.B., T.L., J.V.L., S.G.

CARBALLO

En el arenal de Balarés, el temporal arrancó de cuajo una docena de bancos

09 ene 2014 . Actualizado a las 07:08 h.

Los arenales se llevaron una buena parte de los efectos del fuerte oleaje y en sus inmediaciones quedaban ayer todavía muchos restos, a mayores de las pasarelas rotas de Soesto (Laxe), Rebordelo (Cabana) y prácticamente todas las playas de Muxía. En Ponteceso y, más concretamente, en Balarés, una docena de bancos del paseo marítimo próximo al arenal fueron arrancados de cuajo pese a su consistencia y asimismo desplazados varios metros de su emplazamiento original. Por otra parte, la superficie donde se ubican varias de las mesas del merendero permanecía aún ayer totalmente anegada.

En el caso del arenal de Arnela, el mar afectó al paseo marítimo, además de comerse parte de la playa y empujar la arena hacia el exterior, quedando los áridos depositados muy cerca de las viviendas. En las últimas horas, varios operarios municipales se afanaban en su retirada. También se vio afectada la Furna dos Encantos, situada en la playa do Osmo.

En Dumbría, personal municipal y voluntarios de Protección Civil trabajaron durante 48 horas para retirar los bolos y la arena acumulados en las proximidades del paseo marítimo, infraestructuras que también resultaron afectadas en Muxía, Malpica, Camariñas, Fisterra o Corcubión. En Fisterra, también retiraron un enorme árbol localizado en uno de los pantalanes.

En Muxía, las olas dejaron una playa de Lourido totalmente distinta, sin sus dunas habituales y convertida en barranqueira. A Caión llegó incluso (ya el día 4) una foca. Protección Civil se hizo cargo del animal, vivo, hasta la llegada de expertos del Cemma.

Camelle

Por otra parte, Marisol Bouzas Canosa, socia de la cofradía de Camelle, remitió ayer un escrito ante el pósito para manifestar su «incomodidade» con el patrón mayor. Y lo hizo por la «falta de apoio nos momentos difíciles do 6 de xaneiro», durante el temporal que asolaba el puerto, en la persona de su hijo y también socio, Daniel Tedín.

Marisol Bouzas asegura (tiene vídeos y fotos) que Daniel «tirouse ao mar para poñer a salvo a súa embarcación e outras dúas a punto de irse ao fondo, pola resaca do mar».

Añade que «contou en todo momento co apoio e axuda de todos os mariñeiros e socios da confraría, pero para nada coa do patrón maior, que se dedicou a realizar fotos de todo canto acontecía no porto nese momento».