Los carballeses se vuelcan con la moda del comercio local

CARBALLO

Más de 2.000 personas asistieron al desfile organizado por el CCA

07 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

No fue la pasarela Cibeles, ni la de Milán, y mucho le queda para parecerse a la semana de la moda de Nueva York, pero lo cierto es que el desfile organizado por el Centro Comercial Aberto (CCA), celebrado ayer en el parque carballés do San Martiño, fue un auténtico éxito. Tras dos semanas de intenso trabajo todo salió según lo previsto -los ensayos ya apuntaban a que sería algo espectacular- y si hubo algún fallo nadie pudo darse cuenta porque todo estaba perfectamente organizado y milimetrado.

Más de 2.000 personas abarrotaron la carpa instalada para la ocasión -muchos tuvieron que seguir los pases de pie, porque las sillas se agotaron en apenas diez minutos- y aplaudieron a rabiar el trabajo desarrollado por los 90 modelos que pisaron con garbo la pasarela. Algunos lo hicieron con tanta profesionalidad y tanta gracia que por momentos dejaron de ser aficionados y se convirtieron en verdaderos profesionales del modelaje.

Mucho estilo y muchos guapos y guapas que arrancaron los gritos de admiración de sus amigos, de sus familiares y de desconocidos que, además, y de eso se trataba, disfrutaron con creces de las propuestas de los 18 comercios participantes en el desfile. Por la pasarela pudieron verse las principales tendencias para este otoño-invierno que se está haciendo el remolón, y quedó claro que los colores vivos ya no son sólo para el verano. La ropa cómoda y con estilo predominó sobre la más rebuscada y ésta última, que también se vio, parecía mucho más ponible que otras ocasiones. El charol y los brillos en los zapatos, las enormes gafas de sol -sí, también son para el invierno- y los maxibolsos completaron las propuestas, entre las que los pantalones ganaron a las faldas.

Los modelos más jóvenes -el más pequeño tenía tres años- causaron sensación y demostraron que los nervios previos, que no ocultaban detrás del escenario, pueden hacerse desaparecer con un poco de descaro. Tras los primeros pasos todo se hizo mucho más fácil y muchos no dudaron en saludar disimuladamente a sus familiares, entusiasmados en las primeras filas.