Sólo quedan las guindillas rojas

C. Abelleira CARBALLO

CARBALLO

Crónica | Desde Razo

21 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

La playa de Razo amaneció salpicada de guindillas rojas. El sol acompañó a los más madrugadores, que pudieron dedicar buena parte de la mañana a intentar recuperar los restos del naufragio , la mayor parte de ellos comestibles. Bolsas de todos los tamaños, algunas de ellas con un contenido dudoso, se extendían a media mañana a lo largo del arenal, fundamentalmente por la zona de A Cabreira. Pequeños envoltorios con una pasta similar a las pastillas de caldo, paquetes de lo que parecían aperitivos y otros más difíciles de identificar habían conseguido el indulto de las decenas de personas que desde la jornada anterior acudieron a Razo por si encontraban algo que salvar. Poca cosa, salvo los comestibles, las bolsas de bandolera y los trozos de madera, procedentes de muebles rotos, que algunas personas amontonaban en los accesos a la playa sin que se supiera muy bien con qué intención. Los pocos saqueadores aficionados -apenas media docena- que recorrían ayer el arenal carballés tuvieron que conformarse con lo poco que quedaba, e incluso alguno desistió ante la presencia del fotógrafo de La Voz. Tampoco ayudó la breve pero intensa granizada que poco antes de la una de la tarde cayó sobre un mar embravecido y una arena salpicada de productos tan pequeños que difícil lo van a tener los operarios del Concello de Carballo para conseguir retirarlos por completo. Los vecinos se llevaron todo lo que servía. Los servicios de limpieza se llevarán todo lo demás, pero todavía quedarán algunas guindillas rojas.