El día que nació la previsión del tiempo

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

BIODIVERSA GALICIA

CAREMELA QUEIJEIRO

El emperador Napoleón III encargó al director del Observatorio de París, Urbain Le Verrier, que investigara si se podía predecir el tiempo

05 jun 2020 . Actualizado a las 13:11 h.

La atmósfera no entiende de aliados ni de enemigos. Pero cuando interviene en un conflicto bélico puede decantar la victoria o la derrota de un lado u otro. En 1815, en la campiña de Waterloo, en Bélgica, las lluvias torrenciales retrasaron la ofensiva de las tropas de Napoleón contra los ingleses del duque de Wellington. Aquella demora permitió que el ejército prusiano llegara a tiempo al lugar de la batalla para unirse a los ingleses. El temporal firmó la sentencia del emperador francés.

En el otoño de 1854, en plena guerra de Crimea, que enfrentó a Rusia contra la triple alianza formada por el imperio otomano, Francia e Inglaterra, la meteorología también jugó un papel determinante. El 14 de noviembre una profunda borrasca se formó coincidiendo con el sitio a la ciudad de Sebastopol, donde los rusos tenían la principal base en la región. La flota aliada perdió, como consecuencia de los vientos huracanados, unos 1.500 marineros y cerca de sesenta embarcaciones, entre ellas El Príncipe, el buque insignia de la Armada. Los aliados acabarían ganando la contienda, pero no olvidaron el gran impacto que había causado aquel desastre meteorológico. En Francia, el emperador Napoleón III encargó al director del Observatorio de París, Urbain Le Verrier, que investigara si de alguna forma se podría haber anticipado el temporal. El matemático realizó una gira por diferentes observatorios de Europa para recoger datos que le permitieron dibujar la trayectoria que había tomado el sistema de bajas presiones. Le Verrier llegó a la conclusión de que, de haber tenido la información en tiempo real, se podría haber pronosticado el paso de la borrasca y por tanto se habría evitado la catástrofe. El propio Le Verrier recomendó que se crease una red de estaciones meteorológicas por todo el país para intercambiar información a través del telégrafo. Así nació la ciencia del tiempo. El siguiente capítulo de esta historia lo protagonizaría el inglés Robert Fitzroy, que a mediados de siglo se convertiría en el primer meteorólogo en publicar los pronósticos en un periódico: The Times.

La meteorología tendría que esperar algunas décadas más para dar un salto cualitativo importante. A comienzos del siglo XX Vilhelm Bjerknes, creador de la escuela de Bergen, comenzó a aplicar las matemáticas a la dinámica de la atmósfera.

De esta forma, la ciencia dejaba de ser una disciplina basada únicamente en la observación. Los discípulos de Bjerknes acabarían convirtiéndose en grandes meteorólogos. Algunos como Sverre Petterssen participaron en el diseño del pronóstico del tiempo más famoso de la historia, el del desembarco de Normandía, que permitió sorprender a los nazis.