El lugar donde nunca se pone el sol

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

BIODIVERSA GALICIA

Existe una región de la Tierra donde el astro rey nunca se pone, el círculo polar ártico

28 oct 2019 . Actualizado a las 18:44 h.

Hace unos 3.000 millones de años, la Tierra fue escenario de un gran cataclismo cósmico. Un objeto gigante del tamaño de Marte colisionó contra el planeta. Esa explosión arrancó un buen pedazo de nuestro mundo. Poco a poco, los restos del impacto tomaron forma redonda a través de un proceso conocido como acreción y acabaron transformándose en la Luna. El choque generó además una inclinación del eje de rotación de 23 grados respecto al plano sobre el cual orbita alrededor del Sol. Esa desviación genera las estaciones y provoca que la luz que llega desde la estrella a cada rincón del globo varíe a lo largo del año. En el hemisferio boreal, después del equinoccio de primavera, los días son cada vez más largos. Hoy en Galicia tenemos trece horas y treinta minutos de luz solar. Los días irán aumentando hasta el solsticio de verano, cuando volverán a menguar.

Sin embargo, existe una región de la Tierra donde el astro rey nunca se pone, el círculo polar ártico. En el extremo norte, en países como Finlandia o Groenlandia, el concepto de estación difiere del nuestro. Allí no tiene mucho sentido hablar del otoño o la primavera porque solo existen dos épocas con más o menos luz. Esta semana arranca el período del año en el que desaparece la oscuridad, un fenómeno conocido como sol de medianoche. En las latitudes medias estamos acostumbrados a que el astro realice un recorrido ascendente por la mañana, alcance el cénit al mediodía y por la tarde vuelva a descender hasta ponerse por el horizonte. Hoy lo hará sobre las 21.22 horas. Pero en el círculo polar ártico, cuando el astro está a punto de ponerse vuelve a remontar. Es decir, no se produce ningún ocaso. A partir de entonces el cielo no oscurece sino que adquiere tonos cálidos. El sol de medianoche durará hasta mediados de agosto. La inclinación de la Tierra respecto al Sol permite, como se puede apreciar en la secuencia del gráfico, que la línea que divide el día de la noche atraviese todo el mundo aunque no llega al área que hay dentro del anillo rojo.

En el siglo XVI el poder de España abarcaba tantas zonas de la Tierra que pasó a la historia como el imperio donde nunca se ponía el sol, ya que al menos en uno de sus dominios era siempre de día. Hoy países como Noruega buscan atraer turistas con el mismo lema. Eso sí, quienes se animen a presenciar este espectáculo deberán prepararse para combatir el cansancio porque 24 horas de luz acaban pasando una factura importante en el organismo, que sin oscuridad siempre se mantiene más activo.