El buque insignia de Jealsa, pasto de las llamas

BOIRO

Carmela Queijeiro

Un gran incendio afectó a la parte de la fábrica matriz del grupo conservero en O Bodión, Boiro

09 may 2021 . Actualizado a las 09:30 h.

«Arde Jealsa». De pronto, hacia las dos y media de la tarde del sábado, esa frase, junto con imágenes de una densa humareda que, aparentemente, manaba de las instalaciones que el grupo conservero tiene en O Bodión, en el municipio de Boiro, empezó a correr como la pólvora de móvil en móvil. Nadie se lo podía creer, porque un incendio en el principal grupo empresarial de Barbanza podría suponer una catástrofe para la economía, la industria y el empleo de la comarca. Pero el desfile de vehículos de emergencias que se produjo a continuación confirmó los peores augurios. El buque insignia de la compañía fundada por Jesús Alonso hace más de 60 años estaba siendo pasto de las llamas, y aunque a última hora se seguía trabajando para tratar de salvar el corazón de la fábrica, se desconoce el alcance de los daños.

Lo único seguro mientras un amplísimo operativo de extinción en el que, además de equipos de emergencias y bomberos de Barbanza, participaron profesionales del Consorcio Provincial de Pontevedra, Gardacostas y medios aéreos, es que las llamas se originaron en la zona de congelado, que al parecer estaba en obras. El fuego se propagó avivado por el viento, y pronto la densa humareda negra pudo verse desde distintos puntos de la ría de Arousa.

La principal preocupación en los momentos iniciales era que las llamas no alcanzasen los depósitos de amoníaco que hay en el recinto, mientras otra parte de los equipos de extinción trabajaban para evitar que el fuego se extendiese a otras zonas de la fábrica, una tarea a la que se sumaron desde el mar equipos de Salvamento Marítimo e Gardacostas de Galicia.

Momentos de tensión

Se vivieron momentos de tensión mientras se esperaba la llegada de refuerzos procedentes de la provincia de Pontevedra y los medios aéreos. Hasta tres helicópteros estuvieron sobrevolando la zona simultáneamente echando agua para tratar de apagar las llamas y enfriar las naves que ya habían sido alcanzadas por el incendio.

En un primer momento, numerosos curiosos se acercaron a las proximidades de las instalaciones de O Bodión para seguir el operativo, pero ante el peligro de que el fuego llegase a los tanques de amoníaco se desalojó toda la zona en un radio de un kilómetro y se evacuó a los vecinos de las viviendas próximas, hacia las que el viento dirigía el humo. Según indicaron fuentes de la Administración autonómica, fueron desalojadas 25 casas de la zona y sesenta personas tuvieron que ser evacuadas a causa del humo, aunque nadie resultó afectado.

Vaciado del almacén

Al trajín de vehículos de extinción, a los que más tarde se sumaron los de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega), que montó un puesto de mando para coordinar el operativo una vez que la Xunta activó el Plan Territorial de Emergencias, se unió también un convoy de camiones que se movilizó para vaciar el almacén con el objetivo de poner a salvo la mercancía en previsión de que la situación pudiera complicarse.

No fue así. Poco a poco, la humareda que llevaba toda la tarde presidiendo el cielo barbanzano fue perdiendo intensidad, y entonces los trabajos se concentraron en intentar llegar al interior de las naves para sofocar las llamas por completo. Hacia las 21.00 horas se dio por controlado el incendio.

La empresa explicó que está afectada la parte trasera de la planta y confía en seguir atendiendo a sus clientes

Aunque a última hora del sábado el fuego quedó controlado, los equipos de emergencias seguirán trabajando toda la noche en la factoría para apagarlo por completo. Una vez extinguido, será cuando Jealsa podrá hacer una valoración más concreta de los daños en las instalaciones de O Bodión. Así lo indicó su director general, Cristóbal Valdés, quien destacó el esfuerzo realizado para salvar «las zonas más sensibles de la planta». Explicó que el fuego afectó a la parte trasera de las instalaciones y señaló que confían en poder seguir atendiendo a sus clientes.

No se precisó si a causa del incendio habrá que paralizar la actividad en la fábrica, pero Valdés indicó que «con nuestra capacidad de almacenaje podremos atender a nuestros clientes», al tiempo que insistió en que la prioridad era extinguir las llamas.

Las zonas sensibles a las que aludió corresponden a la parte de producción, que, al parecer, se vio parcialmente afectada. Además de las cámaras frigoríficas, el incendio alcanzó el espacio denominado de «premonda», donde se limpia, se corta y se clasifica el pescado. Parece ser que la zona de envasado y el almacén salieron indemnes, lo cual es un respiro: «Se chega alí, arde toda a fábrica». Con todo, habrá que esperar a que se pueda acceder al interior para comprobar los daños. A esa tarea, la de enfriar las naves para que se pueda entrar e inspeccionarlas, estaba previsto que se dedicasen los equipos de emergencias toda la noche.

CARMELA QUEIJEIRO

«Hoxe é un día negro para o grupo Jealsa, para Boiro e para todo o Barbanza»

Decenas de personas del municipio y de los alrededores siguieron el operativo de extinción conteniendo el aliento esperando que el incendio no arrasara con la fábrica

A primera hora de la tarde, tras la llamada de alerta por el incendio en Jealsa, a medida que se avanzaba hacia O Bodión comenzaban a aparecer en la carretera coches aparcados en los arcenes, sobre las aceras o delante de la entrada a alguna casa. Fuera, decenas de personas se aproximaban a la costa para verlo con sus propios ojos, y ante el negrísimo humo que tapaba la vista, un sentimiento de estupor y, sobre todo, de preocupación se apoderaba de todos ellos. Muchos, que trabajaban o habían trabajado en las instalaciones, hacían un plano mental de la fábrica para intentar adivinar a qué parte afectaban las llamas y su alcance, y otros ya se temían lo peor: «Isto é unha ruína. Aí non vai quedar nada, hai aceites, plásticos, cartóns... Arde todo».

El sentir de los vecinos lo resumía a la perfección el oficial de la Policía Local: «Hoxe é un día negro para o grupo Jealsa, para Boiro e para todo o Barbanza». Negro, como la columna de humo que se extendía hacia el norte empujada por el viento. «Isto é para chorar. A cantidade de familias que viven desta fábrica, non só os que traballan aquí, os transportistas, os do cartón, os das latas...», lamentaba un hombre mientras seguía el ir y venir de bomberos y policías.

Mucho peor

Aunque la zona había sido desalojada por Guardia Civil y Policía Local por motivos de seguridad y se marcó un perímetro de un kilómetro en torno a la fábrica, algunos empleados de Jealsa lograron acercarse hasta O Bodión. Querían ver con sus propios ojos qué estaba pasando, porque las informaciones que circulaban en las redes sociales eran alarmantes. «Suponse ardeu a zona de conxelado e de Pet Select [la de fabricación de comida para mascotas], pero dixérannos que ardera todo. A verdade é que agora respiramos un pouco, porque pensamos que sería moito peor», explicaban tres mujeres que llevan 11, 25 y 26 años en la factoría.

Mientras observaban el despliegue de medios, insistían en el desastre que podría suponer que el incendio arrasase la fábrica: «Toda a comarca vive disto, e familias enteiras. Hai matrimonios que traballan aquí os dous, ou pais e fillos», explicaba una de ellas, a lo que otra apostillaba: «E aquí vén xente de todas partes, non só de Boiro. Eu son de Lousame, e hai traballadores de Noia, de Rianxo, e ata de Carnota». Hablaban también de la incertidumbre que planea ahora sobre la plantilla: «Non sabemos que vai pasar, se nos mandarán ao paro ou se nos reubicarán, porque a de conxelado era a nosa zona. Oxalá nos poñan mañá mesmo a limpar todo».

Otra de las empleadas mostraba su deseo de que los equipos de emergencias lograran controlar el incendio cuanto antes, aunque ya daba por perdida la parte más afectada: «Esperemos que lle dean algunha axuda á empresa para reconstruír todo».

CARMELA QUEIJEIRO

Gente de municipios limítrofes como Rianxo también se acercó a Boiro para ver de cerca las consecuencias del incendio, que se apreciaba perfectamente desde la villa de Castelao, justo enfrente de O Bodión, al otro lado de la ría. El trasiego de coches que iban y venían por la carretera de Abanqueiro se mantuvo durante toda la tarde, y cuando el sol ya empezaba a declinar y la humareda era mucho menos densa, decenas de vehículos seguían parando en el arcén para mirar hacia Jealsa. Quienes observaban desde la distancia tampoco podían evitar lamentarse por lo que estaban viendo: «Isto é unha desgraza».

Horas angustiosas

Esa inquietud la compartía el teniente de alcalde boirense, Luis Ruiz, quien quiso mandar un mensaje de tranquilidad «nestas horas angustiosas que está a pasar a veciñanza».

Jealsa da empleo a miles de personas, y su importancia es fundamental para la economía de la región, algo de lo que el gobierno local es plenamente consciente: «Esta é unha empresa moi importante para este concello e todas as Administracións están poñendo todos os medios posibles para atallar o lume canto antes».

El grupo sufrió otros incendios en plantas de Chile y Guatemala y en uno de los buques de su flota de atuneros

El de este sábado no es el primer revés serio que sufre el grupo conservero Jealsa-Rianxeira, que ya había sufrido otros tres graves incendios con anterioridad. Dos de sus factorías en el continente americano, una en Chile y la otra en Guatemala, y uno de los barcos de su flota de atuneros fueron pasto de las llamas en los últimos años.

Pese a los graves daños ocasionados por esos incendios, las llamas no evitaron que la compañía se recompusiera y siguiera adelante con sus proyectos empresariales. Ocurrió en Guatemala, donde en vísperas de la inauguración de unas nuevas instalaciones en las que se habían invertido 30 millones de dólares, el fuego destruyó buena parte de la planta. Las secciones destinadas a la producción de conservas y a la producción de harina de pescado quedaron reducidas prácticamente a cenizas. Corría el año 2002, y este traspié obligó a posponer el estreno de la fábrica, pero no truncó los planes del grupo empresarial.

La historia se repite

Tampoco lo logró el segundo incendio grave que sufrió la compañía boirense en una de sus factorías. La historia se repetía en Chile en el mes de abril del 2005. A finales del año anterior, Jealsa-Rianxeira había adquirido la conservera Robinson Crusoe, que quedó completamente destruida a consecuencia de un fuego que se declaró de madrugada. Un cortocircuito se perfilaba entonces como la causa más probable del desastre. Tampoco en esa ocasión el grupo reculó en sus planes en el país, e incluso alquiló otra factoría para mantener el empleo y garantizar el suministro a sus clientes mientras afrontaba la reconstrucción de su nave.

Sin heridos

El tercer incidente se registró exactamente tres años después del anterior, en abril del año 2018, cuando un incendio que se originó en la sala de máquinas hizo que se fuera a pique el Sant Yago Dos, atunero propiedad de Jealsa. Nadie, al igual que en los incendios anteriores y en el de este sábado, resultó herido.

CARMELA QUEIJEIRO

Medio centenar de efectivos por tierra, mar y aire trabajaron para evitar la expansión de las llamas

La coordinación de todos los equipos desplegados en O Bodión fue fundamental para lograr controlar el incendio, en un operativo complejo en el que participó medio centenar de efectivos por tierra, mar y aire.

De esta coordinación habló el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que se desplazó a Boiro para seguir el desarrollo de las tareas de extinción. «Estamos tratando de concentrar todos os medios posibles para apagar o lume sen deixar desprotexidas outras comarcas», señaló, mientras explicaba, cuando habían pasado casi cinco horas del inicio del incendio, que los esfuerzos se focalizaban en «intentar salvar as zonas sensibles da fábrica, que son a parte de produción e os tanques de amoníaco».

Con el objetivo de optimizar los recursos y garantizar la coordinación de los medios movilizados, la Xunta activó el nivel 1 del Plan Territorial de Emergencias de Galicia. Bajo su mando, intervinieron en los trabajos para apagar el incendio los bomberos de Boiro, Ribeira, Ribadumia y Santiago y los GES de Noia, Muros y Sanxenxo, así como integrantes de las agrupaciones de Protección Civil de Boiro, A Pobra, Rianxo, Ribeira, Noia y Cambados. Tres helicópteros antiincendios y equipos de Salvamento Marítimo y Gardacostas, además de efectivos de Policía Local y Guardia Civil, completaron el amplio dispositivo desplegado. «Todo o mundo está colaborando para controlar a situación», enfatizó Rueda.