Dramática pérdida de población

José Vicente Domínguez
José Vicente Domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

BARBANZA

04 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Gobernaba la Xunta el PSdeG PSOE (si el BNG le dejaba), cuando en enero del 2009 se dio por terminada la autovía do Barbanza. Se trataba de la obra más importante que jamás se había realizado en la comarca; por mucho que los del PPdeG tratasen de buscarle deficiencias en conexiones y otras cuestiones menores. Desaparecía la vía rápida a la muerte, como bautizaba La Voz de Galicia en el año 2005 al cutre y nefasto vial del PP que tantas víctimas mortales había causado. Por fin, se frenaba aquella imperdonable sangría de 53 fallecidos y centenares de heridos en tan solo una década; aunque, incomprensiblemente, algunos alcaldes del PP no quisieran asistir a la inauguración.

Permítanme que me cite. En una de las entrevistas que como político en ejercicio me hacía un medio local, manifestaba mi orgullo ante la obra realizada, y recuerdo que aprovechaba la ocasión para echarle un reto a la clase política y empresarial de la zona, al decir: «La autovía es camino fácil para venir, pero también fácil para salir». Y creo que el tiempo me está dando la razón. Verán.

Si tomamos como referencia el año 2013 (por dar un margen de cuatro años desde la apertura de la autovía, lo que se conoce como tiempo de consolidación empresarial) y analizamos la pérdida de habitantes desde entonces en los pueblos afectados, en todos ellos nos encontramos con una disminución poblacional muy superior a la que, desgraciadamente, se produce históricamente en el cómputo total de Galicia.

Según datos del INE, entre el 2013 y el 2020, Ribeira ha perdido la barbaridad de 963 habitantes (3,46 % de su población); A Pobra 328 (3,40 %); Boiro, debido a su gran empuje industrial, tan solo 260 (1,46 %); y Rianxo, por su mayor proximidad geográfica a grandes ciudades, unido a su falta de tejido empresarial sólido, ha perdido 585 habitantes, el 5,04 % de la población que tenía en el 2013.

Gobernar no solo es ocuparse del día a día de los ciudadanos. Si están viendo que nadie viene a vivir aquí y, lo que es peor, los del pueblo empiezan a marchar, ustedes, gestores políticos, no pueden mirar para otro lado. En el triste caso de Ribeira, digan si prefieren gobernar o incrementar los escasos 26.848 habitantes que ahora tiene el concello o, con la tendencia actual y la inercia de despoblación, perder más de 4.000 en menos de 20 años. Cuánto más pequeños nos volvamos, menor capacidad de mejora y reacción tendremos. Y créanme, como en la vieja película de Pier Angeli y Vittorio de Sica, Mañana será tarde.

Hagamos que la autovía genere riqueza local, potenciando este bello y alejado culo del mundo en que nos ha tocado vivir. ¿Que cómo se hace? Desde luego, así no.