Termina la vacunación en la residencia de A Pobra: «Polo menos agora estamos moito máis tranquilos»

Ana Lorenzo Fernández
ANA LORENZO RIBEIRA / AGENCIA

BARBANZA

cedida

Internos y trabajadores fueron los primeros en recibir la segunda dosis de la vacuna del covid

22 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El miedo a contagiarse de covid tardará mucho tiempo en desaparecer, pero por lo menos ahora saben que están bastante más protegidos frente al virus. Esa es la sensación que ayer tenían los internos y empleados de la residencia de mayores de A Pobra, que se han convertido en los primeros de Barbanza en recibir la segunda dosis de la vacuna del coronavirus. «Agora temos unha certa tranquilidade, pero aínda hai que agardar unha semana para poder cantar vitoria», confesó el director del centro, Antón Brey. Reconoció que en esta segunda fase de la campaña de inmunización todo había transcurrido con muchísima más rapidez, y felicitó a los residentes «porque non houbo nin unha soa queixa, parece que nos queixamos máis os traballadores, que durante varios días tivemos unha pouca dor no brazo».

Brey también quiso mandar un mensaje de ánimo y apoyo a los compañeros del centro de mayores de Ribeira, «porque como lles tocou a eles, nos podía tocar a nós», y apuntó que después de conocerse la noticia de ese brote, varios de los usuarios de la residencia pobrense «que son moi ansiosos, comezaron a atemperarse e ser moito máis precavidos».

Gran atención

Consuelo Sande abandonó hace dos años su vivienda en la compostelana calle del Hórreo para ingresar en este centro de mayores de A Pobra, donde confiesa: «Estoy muy bien atendida. Ya le digo a mis hijos que no vengan tanto a visitarme que yo estoy muy contenta y no tienen porqué preocuparse». Explica que está muy agradecida de haber recibido la segunda dosis de la vacuna del covid, pero que nunca tuvo miedo a contagiarse, «porque aquí no hay ningún caso y estamos muy seguros».

Esta residente de 93 años afirma que siempre tuvo claro que se pondría la vacuna «porque si me dan algo es porque lo necesito. Siempre que he tenido algún problema, me han atendido y cuidado muy bien, y estoy encantada», insiste.

También opina lo mismo Benito García, un vecino de Escarabote, de 79 años, que dedicó más de la mitad de su vida a trabajar en la marina mercante. Ya lleva un par de años viviendo en el centro pobrense y confiesa que no contaba con recibir la vacuna tan pronto.

«Polo menos agora estamos moito máis tranquilos», destaca el boirense, que no tiene muy claro si estas inyecciones servirán para frenar la pandemia. «Din que si, pero ao mellor logo estamos peor, quen o sabe?», se pregunta García. Lo mejor de todo es que poner la vacuna no le ha producido ningún efecto secundario ni quemazón en el brazo

Sin embargo, explica que debido a las restricciones para evitar posibles contagios han tenido que modificar sus rutinas diarias y que no les dejan salir tanto a la calle, solamente para hacer los recados imprescindibles. «O levamos ben, pero estábamos moito mellor antes».