Dueños de locales hosteleros destacan el paulatino aumento de la afluencia
13 jun 2020 . Actualizado a las 19:50 h.Poco a poco, los clientes regresan para tomar el desayuno o la consumición de media mañana a sus locales de costumbre. Avanzando en las distintas fases de la desescalada, el interior de bares, cafeterías y restaurantes de Barbanza comienza a cobrar vida en una nueva normalidad que obliga a desinfectarse previamente las manos y a entrar con mascarilla. Tras una alternativa de reapertura en la que solamente podían atender en las terrazas con un aforo del 30 %, motivo por el que la mayoría de los establecimientos optaron por continuar cerrados, desde el lunes se permite ocupar un 50 % el interior, un 75 % las terrazas y, además, servir en la barra.
Precisamente, este último aspecto es determinante en muchos locales, en los que el mostrador era punto de confluencia de numerosos clientes para juntarse con su grupo de amigos o para apurar una consumición en solitario antes de regresar a los quehaceres cotidianos. Es aquí donde los dueños de establecimientos consultados perciben uno de los mayores cambios: «A barra traballa agora ao 50 %. Hai xente que che vén pedir e logo apártase», comenta Teresa Saavedra del boirense Barbantia.
Y es que con la precaución y la obligatoriedad de mantener las distancias, chiquiteo y desayunos han pasado de las barras de los bares a las mesas.
Lo señala también la ribeirense Lola Guirado, gerente del restaurante Alján con una clientela habitual que, antes del covid, acostumbraba a juntarse diariamente para tomar los vinos en el mostrador: «No le dan el uso de antes. Saben que no pueden estar juntos y prefieren irse a una mesa. El servicio de vermú también ha caído a la mitad. Clientes que venían a comer y antes se tomaban un aperitivo, ahora no lo hacen. De hecho, hemos adelantado el servicio de comidas porque la gente ya va directamente al comedor».
Más jóvenes que mayores
Salvo este cambio de hábitos, los dueños de negocios afirman estar satisfechos porque hay un paulatino incremento en la afluencia de clientes. Lo afirma el dueño de A Batea de Juan: «A resposta está sendo boa e xa puiden sacar ao empregado do ERTE».
Eso sí, la mayoría indican que la presencia de clientes jóvenes es mucho mayor que la de personas mayores.
Los empresarios manifiestan que pensaron que el comienzo iba a resultar más duro, aunque también reconocen que el volumen de actividad está lejos del que tenían antes de la crisis sanitaria. Un buen termómetro son los cafés y, por ejemplo, Juan Vila indica: «Agora servimos unha media de 80 ou 100, antes eran o dobre. Estamos exactamente á metade de facturación que o mesmo mes do pasado ano».
Algo similar comenta José Andrés Domínguez, del mazaricano Alborada: «Estamos servindo uns 60 ou 70 ao día, pero antes eran bastantes máis. Supoño que pouco a pouco, se non hai un rebrote, as cousas irán nivelándose. Todos temos bastante precaución, e iso nótase». En el Castelao de Rianxo, Antonio Fernández subraya que con el paso de las jornadas la afluencia aumenta.
Los restaurantes también indican que las reservas comienzan a abundar y, para compensar la pérdida de clientes por la restricción de aforo, la mayoría mantienen el servicio de comidas para consumir en casa.
«Si no hay periódico, la gente no viene a tomar el café»
El bar Plaza de Ribeira, regentado por los hermanos Juan y Antonio Lijó, abrió sus puertas el lunes y los propietarios están satisfechos por la afluencia de clientela.
Antonio Lijó comenta que han reformulado la ordenación del mobiliario para ajustarse a las normas sobre separación: «La gente está acudiendo». El local cuenta con una clientela muy diversa: «La gente joven está viniendo como siempre, pero los mayores acuden menos». Durante las mañanas, en el Plaza hay mucha actividad y Lijó subraya: «Si no hay periódico, la gente no viene a tomar el café».
Explica que «el primer día, la gente nos preguntaba si teníamos el periódico, porque eso iba a determinar si entraba. Llamamos al teléfono de información habilitado por la Xunta y nos comunicaron que sí podíamos, por lo que retomamos la suscripción incorporando un ejemplar más. Los cafés constituyen una parte muy importante del negocio y hay muchos clientes que solo vienen si, mientras lo toman, pueden ojear la prensa. Sobre todo durante las mañanas».
Antonio Lijó aguarda ahora que se autorice la apertura nocturna, ya que su negocio también tiene licencia de pub.