Empresas barbanzanas retiran unas 150 toneladas de amianto al año

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

La mayor parte del material eliminado está en las cubiertas de los inmuebles

18 mar 2019 . Actualizado a las 20:11 h.

En los últimos años aumentó la preocupación por la peligrosidad del amianto. Este material está presente en la vida de los ciudadanos, principalmente en edificios, tanto públicos como privados. Las chapas de fibrocemento, más conocidas como uralita, fueron una constante en las cubiertas de numerosos inmuebles hasta que en España se prohibió, en el año 2002. La población y las autoridades comenzaron a concienciarse de la peligrosidad de este tipo de material, y que poco a poco se está quitando. Pero retirar y recoger este tipo de residuo no es tan fácil como parece. En la comarca hay varias empresas que se dedican a esta actividad, y el año pasado retiraron sobre unas 150 toneladas.

El listado oficial, en poder del Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (Issga), de empresas de la comarca que tienen permiso para dedicarse a esta actividad supera la veintena, aunque no todas se dedican en exclusiva a estas labores.

Comunidades de vecinos

Carlos Queiruga, de la firma sonense Incor, señaló que trabajan todo el año y que su radio de actuación es en la comarca, pero también otras zonas de Galicia. Indicó que donde más actúan es para sustituir cubiertas en edificios privados, principalmente en comunidades de vecinos y en viviendas unifamiliares. También hizo mención a que se está incrementando de forma considerable el cambio de este material en edificios públicos, especialmente en colegios.

El empresario mazaricano Juan Alvite se dedica a la construcción, y también tiene autorización para la retirada de fibrocemento. En este sentido, destacó que su radio de acción está en la zona, aunque también tiene bastante trabajo por Santiago y comarca. Precisó que es un complemento, pero que esta actividad va en aumento porque cada vez son más las cubiertas que se retiran. Reconoció que para acometer estas actuaciones es necesario contar con los permisos pertinentes y cumplir una serie de requisitos, tanto en seguridad como en el transporte de las chapas. Estas deben ser transportadas, también por una empresa especializada, a un centro de tratamiento.

Trabajo al alza

La firma AGMA, con sede social en Noia, es otra firma dedicada a la retirada de este tipo de material. Un portavoz comentó que cada vez hay más trabajo en este apartado: «Hai que cumprir unha serie de requisitos imprescindibles para poder facelo, pois as normas condicionan bastante esta actividade, en especial aquelas referentes a protección e seguridade da xente que se dedica a sacar este material».

Esta empresa noiesa también es pionera en la fabricación de equipos de descontaminación e, incluso, alquila los aparatos para las compañías que se dedican a desempeñar este cometido.

En los colegios

Por su parte, el responsable de la firma Canal-Tec, David Fabeiro, comentó que la actividad va en aumento. Comentó en que la gente se está concienciando de que este producto no es bueno para la salud: «polo que intentan retiralo das súas vidas».

Uno de sus principales clientes son los colegio: «Hai moitos con este produto na súa cuberta e os pais están cada vez máis sensibilizados». Este profesional de Porto do Son relató que a partir del año 2002 se prohibió la utilización y comercialización del amianto, aunque en la UE la norma la regulación no llegó hasta el 2005.

David Fabeiro hizo mención a que su empresa se puso en marcha en el 2011 y se dedica única y exclusivamente a la retirada de este tipo de material, especialmente en los tejados.

Pero el amianto no solo está en las chapas de las cubiertas. También puede encontrarse en tuberías de traída y alcantarillado, canalones para la recogida de pluviales y en depósitos de agua. Las personas encargadas de sacarlo tienen que estar convenientemente equipadas y cumplir unos requisitos de seguridad.