Ofensas

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

24 feb 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

Cada vez que se enarbola la bandera de la defensa de la mujer con el objetivo -tan simple, tan justo- de que sea tratada en todos los ámbitos sin mirar su género o, mejor dicho, sin ser discriminada por él, hay lobos bajo pieles de cordero que se suman a la ola y a la pose, pero que a poco que rasques sale su versión más casposa del macho ibérico.

Digo esto a raíz de la escapada a tierras helvéticas de la diputada de la CUP Anna Gabriel Sabaté. Que digo yo que podemos disentir de sus ideas políticas -quien suscribe no las comparte en gran medida-, pero de ahí a que la noticia sea su cambio de imagen solo se explica porque es mujer. Jamás el objetivo se centraría en ese aspecto si fuese hombre. Pero quizás duele más que experimentados periodistas, acérrimos militantes del buenismo como Carlos Herrera y demás, se descuelguen con rancias opiniones ofensivas con la mujer. Ataques irracionales que demuestran que les puede la neurona neandertal.

Que no sé yo, puestos a criticar o a fijarse en algo que no sean sus ideas, por qué no lo han hecho en sus dos licenciaturas (educación social y derecho), en ser profesora asociada de Historia del Derecho en la UAB o en su capacidad para hablar varios idiomas; algo tan alejado de ellos y de la media macho men nacional. ¿Les duelen sus ideas o que no se limite a la cocina? ¿O que lo hiciera desde su humilde condición de hija de minero?

Ella juega sus cartas en la partida con el Estado y todo indica que muy bien, pues según los expertos ha acertado eligiendo el país. Tanto, que ya han dicho que no habrá extradición. Por tonta seguro que no podrán criticarla.