Ofensiva contra los coches en las playas

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Costas ha impulsado una campaña de sanciones a vehículos estacionados en zona de dominio público, que ha cogido por sorpresa a usuarios habituales de los arenales

30 ene 2018 . Actualizado a las 08:52 h.

El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, pero a veces la línea entre lo que está dentro de la norma y lo que queda fuera es muy fina, y más si de lo que hablamos es de los límites del ámbito de competencia de Costas. La Demarcación ha iniciado una ofensiva contra el estacionamiento de vehículos en zonas de dominio público marítimo-terrestre, y eso ha desencadenado un aluvión de sanciones, entre otras razones, porque en la mayoría de los lugares en los que se impusieron las multas no existe señalización alguna que advierta de la prohibición de dejar el coche.

La campaña para castigar a los conductores por estacionar en terrenos de dominio público comenzó a finales del verano pasado, y desde entonces se han tramitado alrededor de 200 denuncias en distintos arenales de Ribeira, Porto do Son y Noia. Uno de los casos que más ampollas ha levantado entre los usuarios de las playas es el de A Ladeira, en Corrubedo. Además de en verano, muchas personas acuden a ella en jornadas soleadas como la de ayer para pasear y aprovechan una explanada cercana para aparcar. Sin embargo, ese espacio está dentro del dominio de Costas y, por tanto, conforme a la ley, no se puede dejar el coche.

Allí no hay ningún indicador que alerte de que no se puede estacionar. No obstante, paradójicamente, sí existen señales de prohibición en los accesos al arenal que habría colocado el Concello de Ribeira. En relación con esto, fuentes municipales explicaron que el Ayuntamiento no tiene competencias en zona de dominio público marítimo-terrestre y que, a lo sumo, lo que podría hacer es dirigirse a Costas para que indique convenientemente la prohibición de aparcar o circular por esos entornos.

Línea difusa

La falta de señalización y de barreras que impidan el acceso de vehículos, así como el hecho de que se trate de áreas utilizadas tradicionalmente por bañistas y usuarios para aparcar, provoca que haya reincidencia en las infracciones y que algunos conductores puedan llegar a recibir dos o tres multas por dejar el coche demasiado cerca del mar.

En algunos arenales, como en la playa de As Seiras, en Porto do Son, existen mojones que delimitan qué superficie forma parte del dominio público marítimo-terrestre, y, por lo tanto, está protegida por la Ley de Costas, y la que no. Sin embargo, en otros puntos, como en Queiruga, no hay ninguna señal física que marque la diferencia, y eso ha llevado a algún usuario a dirigirse al Concello tras recibir el aviso de que, si volvía a dejar el coche en el mismo sitio, se exponía a una multa: «Os veciños queren saber cal é o límite», comentaba el alcalde de Porto do Son al respecto.

Luis Oujo reconocía que en ocasiones es complicado establecer una línea, aunque matiza que la ley está para cumplirla: «Hai unha normativa, non é cuestión de avisar de que non se pode aparcar, o que pasa é que hai ese costume e a xente deixa o coche igual». A mayores, el regidor aludía al exceso de comodidad de algunos conductores: «Non é a primeira vez que algún coche queda enterrado na area en Espiñeirido e ten que ir o tractor dun veciño a axudar a sacalo».