Adiós a los achaques, por un día

Xoán Ramón Alvite Alvite
x. r. alvite MAZARICOS / CORRESPONSAL

BARBANZA

Unas novecientas personas mayores se lo pasaron en grande en la fiesta que promueve el Concello de Mazaricos

01 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Por un día nadie se acordó en Mazaricos del colesterol, del ácido úrico, la tensión arterial, el reuma o las dolencias y achaques que suelen padecer quienes se mueven en una edad más o menos respetable. Se celebraba la decimonovena edición de la fiesta de la tercera edad y nadie quería faltar a esta cita anual con la que el consistorio agradece a sus mayores el esfuerzo y dedicación que han mostrado a lo largo de su vida.

Fueron algo más de novecientos los que acudieron al encuentro. Desde primera hora de la mañana, se notaba un movimiento inusual de gente tanto por las distintas aldeas como por la capital municipal. «Viñemos con tempo porque trouxemos o coche e despois non hai sitio para aparcar. E non estou para andar moito porque as rodas -en alusión a las piernas- xa non traballan tan ben coma antes», apuntaba José Santos, de la parroquia de Eirón que presumía de no haber faltado más que en una ocasión. «Faltei un ano que a patrona estaba no hospital e non quixen vir sen ela», explicaba al tiempo que se interesaba por la hora de la misa.

Como es costumbre en este tipo de eventos, también hubo eucaristía previa a la cuchipanda. Una ceremonia que resultó especialmente vistosa e, incluso, por momentos divertida, gracias al toque musical ofrecido por la coral polifónica Virxe da Barca y a las ingeniosas ocurrencias del párroco de Coiro, Roberto Freire, que presidió la ceremonia.

Todo perfecto

Mientras tanto, en el polideportivo municipal, una treintena de personas, entre camareros y personal de cocina, de la empresa Casa Taboada de Touro, ultimaban los preparativos para que nada fallara. Y nada lo hizo porque, además de una esmerada atención, tanto la empanada, como el pulpo o la carne ao caldeiro que componían el menú, estaban exquisitos.

Lo confirmó el alcalde, Juan José Blanco, que, evidentemente, no faltó y que recibió las felicitaciones de muchos de los asistentes. Algunos aprovecharon incluso para pedirle actuaciones en sus aldeas o que la fiesta pase a tener periodicidad semestral.

Pasaban de las cinco de la tarde cuando los más festeiros se arrancaban con los primeros bailes -un grupo amenizó el almuerzo bien entrada la tarde-, sacaban fotos con el móvil «tounas sacando para poñer no Facebook», comentaba Florentina París, y otros conversaban: «O bonito disto é encontrarse con xente que habitualmente non vés. Botarlle unhas risas e estar xuntos un anaco. Que para o ano veremos se estamos aquí ou noutro lado», apuntaba Manuel Antelo de la parroquia de Corzón.