El móvil de Diana Quer tiene mucho que decir

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El forense de los móviles
La Voz

Aunque el teléfono no pudiera encenderse, la información interna puede ser extraída de la memoria y, posteriormente, ser descodificada para acceder a los contenidos

29 oct 2016 . Actualizado a las 18:35 h.

El móvil de Diana Quer, al igual que el de otras jóvenes de 18 años, era una extensión de su propia vida e inquietudes. En la memoria del terminal figuran muchas de sus confesiones más íntimas a amistades o familiares, pero también a otras personas cuya identidad no ha trascendido todavía y que podrían estar relacionados con su desaparición, voluntaria o forzosa, el pasado 22 de agosto en A Pobra do Caramiñal. Es por eso que la localización del teléfono en Taragoña, por un mariscador de Boiro el jueves, lo sitúa como la principal prueba física del caso, y supone también un punto de inflexión para el desarrollo de la investigación. Ayer, una jornada después de que se encontrase el celular, pudo constatarse que la información que contiene es recuperable a pesar de su estado de descomposición.

Las fuentes consultadas explicaban, el mismo jueves, que, en un principio, existían dudas de que el móvil pudiera aportar más luz al caso. Ayer, ya en frío, se confirmó que el terminal será analizado por un equipo de la Guardia Civil especializado en telecomunicaciones. Otro extremo que también está confirmado es que la tecnología permitirá, a pesar de presentar un aspecto externo muy deteriorado, recuperar la información a través de herramientas muy sofisticadas. Y todo ello a pesar de haber estado, presumiblemente, más de dos meses en el fondo del mar y, concretamente, en una zona expuesta a las corrientes de la desembocadura del río Beluso.

Evidencias técnicas

En el mismo contexto de la investigación, y gracias a un informe redactado para La Voz de Galicia por expertos en investigaciones policiales apuntaladas en el análisis de telefonía móvil, se constata que sí se puede recuperar toda la información que contenía el dispositivo antes de que desapareciese en Taragoña, presumiblemente, junto a su propietaria.

En el estudio, que hace referencia a la casuística de un teléfono que pasa tanto tiempo bañado en agua salada, se detalla que la memoria interna del teléfono, llamada flash, contiene toda la información como si fuera un disco duro, y no se destruirá aunque se moje de forma prolongada en agua salada. Es por esto que, aunque el celular esté destruido y no vuelva a encenderse nunca, los datos se podrán extraer igualmente de la memoria en forma binaria y, posteriormente, decodificarlos para acceder a la información obtenida desde diferentes bases de datos como WhatsApp, llamadas de voz o correos electrónicos, entre otras aplicaciones.

En el mismo informe, fundamentado en la experiencia de sus redactores en pesquisas policiales, se constata que si después de haber lavado el dispositivo, por parte de la unidad de criminalística de la Guardia Civil, se logra que la CPU, el procesador y la memoria conecten, pueden utilizar un método de extracción de datos denominado JTAG, que pocos expertos conocen pero que el instituto armado sí maneja en el citado departamento de criminalística. Una vez obtenida toda esta información habrá que descodificarla con un dispositivo llamado ufed, que los redactores del informe poseen, utilizan en su trabajo y que fabrica la firma Cellebrite.

Rastreo de movimientos

El dosier también aclara otros aspectos que ayudan a seguir los movimientos que hizo el móvil en la madrugada del 22 de agosto. Sobre esto, los expertos consultados aclaran que si el teléfono apareció con la batería puesta, y fue arrojado al mar estando encendido y con la tarjeta SIM en su interior, no figurará el código de la celda que da cobertura a la zona en la que fue lanzado, sino la celda de la conexión anterior. Pero si fue apagado de forma normal, el código de la celda corresponderá al de la zona de cobertura en la que se desconectó. En este caso, la celda que contenga señalará el sector donde estaba posicionado.

Los autores de este análisis realizado para La Voz de Galicia prefieren mantenerse en el anonimato, pero sí autorizan la difusión de su trayectoria profesional. Sobre esto puede decirse que parte de su proceso de formación tuvo lugar en Inglaterra y EE.UU. de la mano de Scotland Yard y el FBI, así como en las diferentes investigaciones que han realizado durante años dentro y fuera de España. A mayores, estos mismos expertos en telecomunicaciones han enseñado sus técnicas a diferentes unidades especializadas tanto en la Guardia Civil como en la Policía Nacional, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Europol o la misma gendarmería marroquí, con la que llegaron a realizar colaboraciones puntuales. Además, hacen labores de asesoramiento para abogados en numerosos casos profesionales.

Del «morena ven aquí» a los últimos testigos, dos meses de idas y venidas

El rompecabezas en el que se ha convertido la investigación por la desaparición de Diana Quer ha seguido diferentes vías que, a lo largo de los últimos dos meses y siete días, se han ido desechando o cogiendo fuerza.

El inicio

La denuncia. La madre alertó a la Guardia Civil de Boiro de la desaparición de Diana el 22 de agosto a las 12.20 horas.

Los feriantes

«Morena, ven aquí». Se valoró que alguno de los feriantes, que estaban en A Pobra por las fiestas, tuviera algo que ver con la desaparición, sobre todo por un mensaje que Diana mandó a un amigo en el que aseguraba que un hombre de etnia gitana le decía: «Morena, ven aquí». Esta línea se descartó hace semanas.

Marcha voluntaria

Sin indicios de violencia. En un principio se pensó que la joven se había ido por sí sola.

Indumentaria

Sigue sin concretarse. Todavía se desconoce con exactitud qué ropa llevaba Diana aquella noche.

Cámaras de vigilancia

Esperanza perdida. Las cámaras de vigilancia, principalmente de la autovía de Barbanza, no captan las matrículas, lo que supuso un duro varapalo.

Teléfono móvil

La clave. Ha sido, y seguirá siendo, parte fundamental. Gracias al móvil de Diana se supo que la pista se perdía en Taragoña.

Declaraciones

Nuevos testigos. Su relato supuso una novedad importante, pero aún hoy se desconoce si está facilitando la investigación.