Esa máxima que dice que de lo malo siempre sale algo bueno puede que se esté haciendo realidad en el sector mejillonero. El 2013 está siendo un ejercicio realmente nefasto. Pero quizás derive en algo positivo: últimamente, cada vez con más intensidad, no falta quien desde dentro del sector apele a la necesidad de unirse y de romper con la histórica atomización. Fruto de ello, hace unos días tuvo lugar una reunión en la que los pesos pesados del ámbito mejillonero intercambiaron opiniones e intentaron unificar criterios ante una reunión con la consellería. Parece algo rutinario. Pero en el caso de los bateeiros no lo es. Lo deseable sería que ese diálogo tuviese continuidad. «Sería o mellor regalo de Nadal», decía un bateeiro de Boiro. Sobre todo, porque el 2014 se avecina complicado y, además, hay importantes retos. Por ejemplo, el de la normativa sobre toxinas.
Aunque la normativa sobre las mareas rojas lleva tiempo atragantándosele a los productores, en años en los que no hay demasiada incidencia de la toxina se lleva mejor. Pero el 2013 fue especialmente crítico en este aspecto. Así que resurgieron con fuerza las voces que piden que se cambie esta norma. ¿Para qué? Por ejemplo, para eliminar los conocidos como análisis por alturas, una exigencia que no pide la Unión Europea. El sector es consciente de que para que la Xunta nueva ficha debe hablar con una sola voz y con criterios bien definidos.
Los precios
Sin hablar de pactar precios ni nada por el estilo, lo que sí está claro es que con un sector productor fuerte y unido será más difícil que las cotizaciones caigan en picado, algo que lleva tiempo sucediendo y que es uno de los motivos por los que la rentabilidad de este trabajo cayó. Precisamente, que las cotizaciones mantengan el tipo es otro de los grandes retos.
Por último, no puede dejar de citarse otro problema al que se están enfrentando los bateeiros. Desde distintas agrupaciones hablan de impagos. En este terreno, posiblemente, sea difícil actuar, sobre todo mientras la crisis sea devorándolo todo.