Pese a que son alimentos que se consumen a diario, no todo el mundo sabe que la leche se calienta a 150 grados antes de envasarse en un brik, que para hacer un kilo de queso son necesarios nueve litros de leche o que con un simple yogur se pueden elaborar, de forma casera, otros seis o siete. No es el caso de los escolares de Mazaricos que, durante la última semana, se han convertido en unos especialistas en las distintas formas de transformación de la leche.
Para ello se desplazaron, acompañados de sus profesores, a una quesería y a una industria transformadora, donde unos especialistas les explicaron el proceso que sigue la materia prima desde que llega a la fábrica, procedente en algunos casos de las granjas que gestionan los padres de los propios escolares, hasta que se convierte en queso o en otros derivados lácteos.
Envasado en briks
En este sentido, unos doscientos escolares de infantil y primaria de los colegios de San Cosme, Pino de Val y A Picota, se desplazaron hasta la cooperativa Feiraco en Negreira, donde pudieron comprobar el tratamiento que recibe la leche cruda y cómo se lleva a cabo su envasado en briks. «O que máis me sorprendeu foi ver a velocidade á que saen os cartóns e como os robots van desfacendo os rolos de papel hasta convertelos en briks», apuntaba un pequeño del Víctor Sáenz, mientras daba cuenta de uno de los batidos de chocolate con los que los agasajaron.
Tras el recorrido por la planta láctea, Carmen Ponte les explicó los distintos tratamientos que se aplican a la leche para garantizar que conserve sus propiedades, al tiempo que les animaba a consumir mucha para su crecimiento.
También visitaron la quesería de Lácteos Pérez en Santa Comba, dentro de la Semana Láctea que anualmente organiza el Ayuntamiento de Mazaricos en colaboración con organizaciones de productores y colegios.