Con el verano entrando en su recta final, son todavía muchos los barbanzanos que, animados por el buen tiempo, se suman a las últimas fiestas y romerías de la temporada. Decenas de personas se dieron cita el pasado fin de semana en O Castro, para degustar el cefalópodo por excelencia en una gran pulpada que va camino de convertirse en cita ineludible para muchos vecinos. Es el caso de Isabel Outeiral, que no dudó en trasladar parte de su cocina al entorno de la iglesia para invitar a su familia a saborear un suculento banquete al aire libre. No quisieron perderse el festín su hijo Bruno y su nuera Liz, que se brindaron a ayudarla en la preparación del menú. Los pequeños de la casa, Laura, Paula y Sara, fueron los que más disfrutaron de la jornada campestre.
Romeros asiduos
Volvieron a montar mesa y bancos a la sombra de unos árboles Ramón Laíño y Antonio Fernández, dos asiduos de la romería de O Castro. Acudieron, como siempre, rodeados de amigos y familiares, entre los que se encontraban los pequeños Lidia, Anxo y Dani.
Música tradicional
Muchos vecinos optaron por celebrar las fiestas en sus hogares. Eso sí, no quisieron perder la oportunidad de catar el pulpo que se servía bajo la carpa. La jornada estuvo amenizada por dos grupos de gaitas: Gandaina y O Ar de Loureda.