Los problemas con los caballos de monte se suceden en todo Barbanza

BARBANZA

Al fin, y con años de retraso, la Xunta publicó ayer la orden para que los equinos estén identificados

31 mar 2010 . Actualizado a las 10:47 h.

Los hechos ocurridos estos días en Araño, donde los vecinos se vieron obligados a cercar unos caballos de monte que llevaban meses destrozando sus cultivos, no son aislados. Aunque se mejoró bastante y ahora hay muchos convenios de pastoreo para evitar que los animales mostrencos pasten a su libre albedrío y acaben bajando a las aldeas, los problemas con este tipo de ganado aún se suceden por toda la comarca. Así lo constatan distintas autoridades, que a cada paso son requeridas por residentes para que intenten poner coto a la situación. Al parecer, el monte Muralla es uno de los puntos más negros.

La situación es la siguiente. En los últimos años, buena parte de los ganaderos y comuneros de la comarca se preocuparon para llegar a acuerdos de pastoreo. Es decir, para intentar, entre todos, que los animales de monte vivan en espacios cercados y, de esta forma, no causen destrozos en cultivos o provoquen accidentes de circulación. Así pasa con los ganaderos de Oleiros, de Posmarcos, Xuño o muchos otros puntos de la Serra de O Barbanza. Sin embargo, quedan algunos sitios donde esos convenios no se produjeron y, por tanto, hay animales sueltos. Y ahí empieza una cadena de problemas. En cuanto el pasto escasea, las reses se acercan a las aldeas y acaban destrozando lo que topan a su alcance.

De todas formas, hablando con los ganaderos, queda claro que la situación es más compleja aún. Por ejemplo, indicaron que, en las épocas de caza, muchas veces se encuentran con que alguien se encargó de cortar el alambre de las cercas para pasar sin problema monte a través. Y algo parecido sucede con algunas romerías veraniegas. «De súpeto, atópaste con que, ou por unha gamberrada ou por outra cousa, che estragaron os arames», comentaba ayer un ganadero.

Normativa

Por unas o por otras, el caso es que las autoridades de la comarca dicen que casi todos los meses suelen recibir alguna llamada de vecinos enfadados porque los animales les provocaron destrozos. Y ahí llega otro de los grandes problemas. Seguramente, los propietarios del ganado se cuidarían más de que los equinos no bajasen a las aldeas si estos estuviesen identificados con un microchip -como sucede con las vacas -. Sin embargo, actualmente, la gran mayoría de los caballos siguen sin incorporar una identificación.

Cierto es que la Xunta prometió en su día -lo dijo el conselleiro Alfredo Suárez Canal en el 2007- que iba a poner en marcha un sistema pionero en Galicia para controlar los equinos salvajes. Pero, hasta ayer, no apareció en el Diario Oficial de Galicia esa normativa. Ahora, con esa orden en vigor, puede que las cosas empiecen a cambiar, ya que los ganaderos deben ir pensando que los caballos tienen que estar igual de identificados que las vacas.

Precisamente, esta circunstancia la comentaba ayer la Policía Local de Rianxo, que es la que se está encargando del problema surgido en Traba, donde los vecinos acorralaron varios animales después de meses destrozando los cultivos. El jefe de los municipales señaló que solo uno de los caballos que ahora están custodiados por el Concello estaba identificado. De hecho, como llevaba microchip, su dueño, de Lousame, lo reclamó ayer -ahora, esta persona se enfrenta a una multa-, a sabiendas de que el Ayuntamiento poco tardaría en dar con él. Sin embargo, al resto de los animales que fueron capturados fue el Concello rianxeiro el que, ayer, los identificó. Por supuesto, nadie reconoce que las reses son suyas para eludir las sanciones.