Los constructores ponen sus miras en el extranjero para salvar la crisis

BARBANZA

Pese a la caída de ventas, en Barbanza se certificó el 60% de las viviendas aprobadas en el área de Santiago

09 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La crisis en el sector de la construcción ha pasado de ser un concepto teórico a convertirse en una realidad que pone contra las cuerdas a un gran número de empresas surgidas en Barbanza al calor del auge del ladrillo. La caída de ventas y la negativa de los bancos a conceder préstamos a muchas compañías ha propiciado que promotoras de la comarca hayan empezado a fijar sus miras en el extranjero para superar la crisis.

Entre los principales destinos elegidos por estas firmas figuran Polonia y Brasil, según comentaron tanto constructores como agentes inmobiliarios, aunque hay otros países en Sudamérica que también resultan apetecibles por las buenas posibilidades que ofrecen y por el auge en la solicitud de inmuebles por parte de la ciudadanía.

Aunque según profesionales como Juan Sampedro, en la comarca no es que falte demanda, sino que «hay clientes potenciales que están esperando a que el mercado repose y a que bajen los precios para comprar».

Pese a que todos los implicados en el sector constructivo coinciden en señalar que hay una importante recesión, lo cierto es que, por lo menos hasta ahora, eso no se ha visto materializado en las cifras oficiales. Según datos facilitados por el colegio de arquitectos, correspondientes al primer semestre del año y a la zona sur de la provincia coruñesa, en Barbanza se visaron el 60% de todas las viviendas construidas en el área de influencia de Santiago.

A la cabeza

El caso más espectacular es el ribeirense, un municipio en el que entre enero y julio se aprobaron 1.022 proyectos, solo diez menos que en los doce meses del 2006, y un 85% más que en la ciudad de Santiago, donde solo se contabilizaron 153.

Como ya ocurrió el pasado año, Ribeira, Boiro y Porto do Son se sitúan, por este orden, a la cabeza del sur de la provincia en lo que a edificación se refiere; a los más de mil expedientes ribeirenses hay que añadir los cerca de cuatrocientos rubricados en Boiro y los 263 sonenses.

Si las ventas han experimentado un «descenso brutal», como asegura un empresario ribeirense, cómo es posible que la diferencia entre los inmuebles visados en la comarca y en el resto de municipios de su ámbito de influencia sea tan abismal.

La explicación hay que buscarla, según los promotores, en el hecho de que estas edificaciones que han recibido luz verde desde enero comenzaron a gestarse hace uno o dos años. Es decir, acabaron de construirse con la crisis encima y eso motiva que, solo con las frías cifras en la mano, dé la impresión de que Barbanza vive en una burbuja ajena al brusco frenazo del sector inmobiliario.

Pisos sin comprador

Aunque no existen datos oficiales del volumen de viviendas que actualmente puede haber construidas y sin comprador en la comarca, algunos empresarios echan sus propias cuentas y señalan que la cifra puede elevarse a las cuatro mil casas. El número, claro está, dicen, hay que tomarlo con todas las reservas porque no se ha elaborado un estudio.

Quienes miran hacia el futuro con mayor preocupación indican que en localidades como Ribeira puede repetirse una situación vivida hace unas tres décadas, con un montón de pisos vacíos. Incluso, vaticinan que el 2008 será un año crítico y que a este seguirán otros tres muy duros para el sector, hasta que el panorama logre volver a estabilizarse.

La situación actual es complicada y se demuestra en el hecho de que varias inmobiliarias aseguraron haber cerrado algún mes sin efectuar ni una sola venta. A finales del verano empezaron a percibir una recesión que ya se pronosticaba.