La lucha sigue tras la burocracia

M. L. / M. J. M. RIBEIRA

BARBANZA

Los extranjeros acuden a las áreas sociales municipales para recabar información sobre ayudas «Tengo los papeles en trámite. Y ahora, ¿qué?». Esta es una frase -chapurreada en un extraño castellano difícil de comprender- que se repite en los departamentos de servicios sociales barbanzanos. La pronuncia, normalmente, un padre de familia inmigrante que ha decidido hacer las maletas y «plantarse» en un lugar extraño en busca de mejores horizontes. En ese momento, los mecanismos de estos departamentos se ponen en marcha y se vuelcan con la situación. Les preocupa, sobre todo, la integración.

25 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Difícil es abandonar el entorno conocido, el que te ha acompañado siempre. Pero más complicado es emprender una nueva vida en un lugar en el que no se entiende al tendero, ni al conductor del autobús, ni al profesor... Los casos de familias de inmigrantes que un buen día deciden asentarse en las localidades de esta zona son puntuales. O, por lo menos, son pocas las que se acercan a los departamentos sociales de los municipios a recabar información o a pedir algún tipo de ayuda. El principio, sobre todo, no es fácil. Las señas y la mímica son sus principales armas. Y es que el desconocimiento del idioma es la primera batalla que tienen que librar los extranjeros que no proceden de países de habla hispana, la mayoría en esta zona. La segunda, calar entre la población y lograr integrarse. «Sempre veñen en situacións moi compricadas e con moi escasos recursos, pero cando acuden aquí xa teñen os trámites dos permisos en marcha, polo que non son ilegales. Isto é o primeiro que che din sempre e a partires de aí piden información sobre axudas», apunta la asistenta social de un municipio barbanzano. En cuanto a la restrictiva ley sobre Extranjería que entró en vigor esta semana, «ós que recalan por aquí non creo que lles afecte, porque se aplica, sobre todo, nos casos nos que veñen sin papeis, non teñen traballo, nen familia», dice. Otro de los asuntos que preocupa mucho a los departamentos sociales es el de la integración. «Aquí intentamos dar apoyo a las familias; las orientamos sobre los colegios y la Seguridad Social, las asesoramos jurídicamente», puntualiza una especialista, que finaliza con un «es complicado».